Capítulo 13: Déjame cuidarte

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El Erick estaba tirado en la cama, curado todavía. Me acerqué con cuidado, esquivando una polera vomitada en el camino, y lo agarré del brazo para acomodarlo en la cama y que no estuviera tan torcido. Le toqué el dorso de la mano para despertarlo pero no reaccionaba.

- Flaquito, mi amor – le susurré sentándome en la cama – despierta.

Musitó algo, se dio vuelta y siguió durmiendo. Asumí que cuando abriera los ojos se iba a sentir pésimo así que fui a mojar una toalla al baño y se la puse en la frente. También abrí las ventanas para que entrara aire fresco.

Me incliné sobre él para sostener una toalla mojada en la parte de atrás de su cuello, en un intento de enfriarlo un poco. Me daba la impresión de que todavía tenía un poco de fiebre.

- Hey, hola – dijo con la voz ronca, intentó incorporarse sobre sus codos pero se mareó y tuvo que volver a cerrar los ojos.

- Parece que lo pasaste bien anoche – le respondí con dulzura, ya se estaba sintiendo lo bastante mal como para que yo lo retara también.

- No tanto – negó con la cabeza y se llevó la mano a la frente. La caña estaba power - ¿qué hora es?

- Son las diez, ¿te sientes muy mal? – me recosté al lado de él.

- Un poco.

Entonces su espalda se arqueó y vomitó a un costado de la cama. Corrí a buscarle algo para limpiarse y un vaso de agua.

- No quiero que me veas así – intentó apartarme con el brazo cuando le di unas palmaditas en la espalda.

- Shh – lo calmé – elegí estudiar medicina porque quería ayudar a las personas, ¿recuerdas? – empujé suavecito sus hombros para que se volviera a acostar – déjame cuidarte.

Lo ayudé a tomar un poco de agua y me quedé haciéndole cariño en el pelo.

- ¿Todavía tienes náuseas? – asintió. Me puse detrás de él con las piernas cruzadas, pasé mis brazos por debajo de sus axilas para acercarlo y que pudiera descansar sobre mi pecho, así le podía dar altura - ¿mejor?

- Mejor – respondió con cierto alivio.

Es que el weon estaba para la cagá. Ahora sí que el Charles podía decir que Pulgar estaba pálido y se podía desmayar. Vomitó caleta, estaba deshidratado, a ratos tiritaba.

Aproveché que dormía para observarlo mejor y me percaté de que, además, le habían sacado la chucha. Mi pololo tenía el labio partido y unos moretones en la guata, los nudillos ensangrentados. Alcé la mirada y me di cuenta de que la almohada en la cama que usaba el Charles también tenía restos de sangre. Me preocupé.

- Oye – lo sacudí un poco - ¿qué te hicieron anoche?

- Me agarré a puñetes con un imbécil que estaba molestando a una mina – contestó con dificultad – el Charles también se metió a defenderla.

Me enterneció su respuesta, si mi Duque era un caballero y Aránguiz para qué decir. Le escribí al Cha Cha para saber si necesitaba algo.

- Me dijeron que Maripán está pa la cagá también, voy a ir a cachar qué onda, vuelvo altiro – le dije bajito y lo dejé durmiendo.

Efectivamente, el Memo parecía estar en las mismas condiciones que el Erick. Lo moví un poco para despertarlo, se sobresaltó y volvió a echarse en la cama.

- Qué bueno que eres tú – dijo con un hilo de voz, en el camino el Charly me contó que este weon se lo había cantado todo anoche – gracias por venir.

Repetí los mismos pasos con los que antes había logrado revivir a mi pololo. La toalla con agua helada en la frente, darle agüita, ponerlo semi sentado por si quería vomitar y así me llevé corriendo entre las dos piezas toda la mañana.

El tema era que ya iba a ser media tarde y los cabros no se estaban componiendo mucho. Le escribí al Charles para que mandara a comprar a alguien unas vías para suero, sales de rehidratación y algún tarro para vomitar.

La cabeza del Erick descansaba en mis piernas, parece que esa inclinación lo hacía sentir un poco mejor, así que aunque estuviera cansada no me molestaba quedarme así por él.

Yo también estaba trasnochada, aproveché que el ambiente se calmó un poco y apoyé mi cabeza en la pared poniendo mi brazo en medio para amortiguar. Con la otra mano le hacía cariño en el pelo a mi pololo.

No sé cuánto tiempo estuve durmiendo así, pero me desperté cuando sentí al Aránguiz abrir la puerta.

- Perdona – se disculpó – no quería despertarte, te traje las cosas.

Me levanté despacito y dejé la cabeza del Erick sobre una almohada para ir a revisar la bolsa de compras del Charles. Más lindo él, hasta me había traído algo para comer porque sabía que no había desayunado por estar cuidando a los dos sacoweas.

- Tuve que comprar unos tarros de leche nido – se rió bajito, haciendo alusión a que los cabros iban a usar esos recipientes para vomitar – vuelvo en un rato para saber cómo están, ¿necesitas que te traiga algo?

Es que en serio me encanta este weon. Si no estuviera casado, chao Pulgar. No, mentira.

- Gracias Cha Cha – le sonreí – te escribo cualquier cosa.

Entonces le puse atención a lo machucado que estaba, recordé lo que me había contado mi Duque antes.

- Espera – lo detuve y me acerqué a él para observar sus heridas de cerca - ¿Charly estai bien? ¿qué les pasó anoche?

Estaba a punto de responderme cuando el Erick interrumpió, sentándose en la cama:

- Ya te dije, amor, nos metimos a pelear con un gallo que estaba molestando a una mina.

Le pegó una mirada extraña al Charles durante unos segundos, entonces asintió.

- Sí, mi mamá me enseñó a respetar a las mujeres – respondió dirigiéndose más al Erick que a mí.

- Ya, pero déjame limpiarte las heridas, que la Feña me mata si llegas así a la casa – lo hice sentarse y me dejó curarlo sin decir nada más. Igual encontraba re dudosa su actitud, había algo raro entre ellos dos.

Al rato hice otra ronda para ir a revisar cómo seguía el Memo. Ya estaba mejor, hasta se había duchado y podía mantenerse sentado. Todavía no podía comer nada pero lo tenía tomando agüita para hidratarlo.

Me volví a acomodar con el Erick en mi regazo e intenté dormir otro poco. Esta vez lo que me despertó no fue el Charles.

Me sobresalté por una alarma en el teléfono de Pulgar. La pantalla brillaba en medio de la oscuridad de la habitación, ¿acaso ya era de noche? ¿cuánto tiempo pasó? Mi pololo ni se inmutaba.

Me estiré para alcanzar el celular que estaba encima del velador. Antes de apagar la alarma, leí que ponía "Reunión con el profe Lasarte". Entonces miré al Erick que seguía medio muerto por la caña. Conchesumadre.

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Hola!

Al fin descubrimos (parte) de lo que se encontró ____ en la pieza después del carrete. ¿Se lo esperaban?

Es que me encantó leer sus ideas y lo enganchadas que estaban con el capítulo anterior! La que estuvo más cerca fue @xxxalelqxxx, efectivamente parece que el Erick no nos fue infiel (de momento), pero ahora quedó la cagá por otra cosa! Jaja

Ya, pónganse creativas: ¿Qué va a hacer Pulgarcita en esta situación? Las leo <3

Pd. Como siempre, no se olviden de votar, comentar y compartir el fic con sus amigas :)

Pulgarcita (Erick Pulgar y tú)Where stories live. Discover now