Mr. Arrogante [Park Jimin]

𝑿𝑰𝑰𝑰. 𝑫𝒆𝒔𝒆𝒐

Mi boca solo podía formular un magnánimo e increíble oh, por presuponer que Park no me contaria tantas cosas de forma abierta y sin prolongar algún misterio. Para concretar ví la forma de sus labios lanzarme una sonrisa perversa y lujuriosa, sin darme la precisa coyuntura de notar cuando se había desviado del tema central.

-Y... ¿Que hay abajo de ese atrayente vestido? - Me observó como si hubiese dicho un elogió - ¿Lencería?

Sonreí abiertamente, en otro caso me hubiese sonrojado por la manera en que lo expresó ¿Acaso eso era producto del pecado?

-¿Por qué no lo averiguas? - Logré ponerme de pie dirigiéndome a su lugar para susurrar - En ves de perder tu tiempo preguntando.

Observe que se tenso, pues pude notar que esperaba ser él, el que tomará dominio de esta pequeña aventura no me juzgues Si Jimin hubiese Sido tan relevante para Anastasia, por supuesto, yo no me hubiese atrevido a meterme en su intrascendente relación.

-Pero está claro que no te lo dejaré tan fácil -Solte una carcajada para luego, ver a Jimin acartonarse.

-¿Que se supone que quieres que haga? ¿Un bailé sexy?

Suspire al pensar que no sería mala idea, pero quería ponerle sabor al momento y hacer enojar al susodicho, por lo que su vena en el cuello era tan, tan excitante.

¿Porque el arrugar sus cejas era un poema erótico? ¿Acaso existía?

-Tengo un juego... - Exclamé alegremente cuando note confusión en sus seductores ojos, sin embargo, hizo un ademán para que siguiera indicándole. Cuándo lo capté, sonreí con ingenuidad y camine aún más cerca para sentarme ahorcadas en su regazo y poder rosar nuestros labios. - podrás tocarme solo, si adivinas el color de mis bragas.

El suspiro.

-Vamos Park, te la estoy poniendo fácil - Susurré moviéndeme sobre su regazo.

- Tengo otra propuesta, Si adivino el color de tus bragas, te las quitas y las sujetas sobre tu boca y aún mejor Bailas para mí con ellas en tus labios.

Solté un gemido ronco, pero ¿No era yo quien indicaba las reglas aquí? Arrugue el entrecejo al observar su expresión.

-Te veo muy seguro.

-Lo estoy.

- No lo creo.

-Si lo creés.

Entonces Park curvo sus labios para poder evitar una sonrisa triunfante y susurrar:

- Rubí Puedo hasta apostar que son Rubí

Mis mejillas soltaron un matiz escarlata y mis ojos se abrieron así que quise protestar.

-¡las has visto! ¡No es justo!

-Claro que no

-¿Entonces como...?

- Solo revise tu colección de Bragas

El color camersi se enrojeció más de la vergüenza ¿Había visto mis bragas? Y aún peor ¿Así de tranquilo lo dice?

- ¿Acaso no tienes vergüenza? -Solte sin más. Pero, me atrajo más hacia el para tomar dominio de mi cintura y formar una nueva posición, una dónde el ahora estaba sobre mi.

-Oh, creeme Charlotte, eso no es lo único interesante que he visto - Musitó sobre mis labios y luego su mano bajo descaradamente a mi encaje que estaba a su Merced en la posición que nos encontrábamos - Incluso puedo murmurarte al oído sobre cómo está ligeramente humeda.