El chico de las estrellas #1 [soonhoon]

30

Pasé ansioso las manos por mi cabello luego de terminar mi historia. Jeonghan frente a mí junto a la ventana del baño me mira con una expresión que no logro descifrar.

—Tú compraste estas cortinas, Jihoon, buen gusto— suelta una carcajada mirándome burlón.

Estoy desconcertado y se lo hago saber. Pensé que me recriminaría o, no lo sé, pero no esperaba algo tan absurdo.

Jeonghan solo ríe suave, negando con la cabeza, como si él supiese algo que yo no, y al parecer así es.

—Citaste a Shakespeare para describir a un hombre que es un desconocido, pero lo citas con tanta pasión, que me asombra ver que eres el mismo chico determinado y calculador que todos conocen.

El desconcierto sigue conmigo, ya que no logro entender donde van sus palabras, desde las cortinas a mis momentos creyéndome el Montesco.

—Jeonghan hyung, mi romanticismo exagerado es solo eso; romanticismo que por sí solo es exagerado —explico intentando dejar de lado el tema trivial—. No hablábamos de eso.

—Amas apasionadamente a un chico que no conoces y terminaste con Seungcheol por él.

—Así es.

—Tardas demasiado tiempo en el baño solo para verlo.

—Cierto.

—¡Dios, Jihoon!— Exclamó—. Vine queriendo saber si habías muerto ahogado en el retrete, pero solo mirabas a un chico.

Jeonghan señaló la ventana del otro edificio y yo seguí su gesto, encontrándome al chico de las estrellas sentado en el marco de su ventana. Tenía más de una hora ahí, sentado y leyendo una revista de moda.

—Es imposible que pueda ahogarme en el retrete.

—Con tu tamaño es posible.

Decidí ignorar el comentario y caminé hasta el lavamanos para mojarme la cara, comenzaba a tener calor, típico de verano.

—¿Dijiste que mencionó a un Joshua hace un tiempo?— asentí con la cabeza en respuesta—. Creo conocerlo.

—¿De verdad?

—Sí. También, ¿se llama Soonyoung?

Le sonreí porque eso era algo bueno y asentí con la cabeza a la pregunta.

Hay una posible manera de acercármele, aunque...

—Podría ser su novio.

—¿Sentiste celos cuando gritó eso?

—Nunca he sentido celos, y ya he pensado en diversas teorías para sentir celos o decepción, pero nada me causa esos sentimientos en él. Sea heterosexual o tenga pareja no quitará el sentimiento profundo que cree por él.

Sonreí al final, cerrando los ojos con una sabiduría impropia, pero sintiendo el verdadero sentimiento de mis palabras.

—Tan cursi— susurró Yoon.

—Y solo por el chico de las estrellas.

Jeonghan no respondió a eso, miró el bañó por completo luego se afincó al marco de la ventana apoyándose en sus manos, de esa manera me dio la espalda y levantando un momento la mano, me hizo una señal para acercarme. Seguí su orden de inmediato.

—A Seungcheol le gusta Joshua y si es él, será fácil llegar a Kwon Soonyoung sin que te dé vergüenza.

Junto a él asentí a sus palabras. Yo no lo miro y sé que él tampoco me mira porque ambos vemos al chico de las estrellas que está sentado con los pies colgando por la ventana, eso me asustaría si no estuviese acostumbrado a mirarlo así, con expresión ida, con las piernas colgando despreocupadas de los veinte pisos de distancia y con las manos siendo su único soporte.

—Tan natural como para ser normal.

—Jeonghan— lo llamé—. ¿Por qué no has pregunta el porqué no he hablado yo mismo con él?

Por primera vez, desvié mi mirada con ganas de contemplar a alguien más que no fuese el chico de las estrellas.

—Te conozco muy bien, Jihoon. Estoy seguro que no quieres que Cheol se entere de que lo dejaste por alguien más y temes que al acercarte a ese chico pueda enterarse, y puedas perder la oportunidad de ver de nuevo a "tu chico de las estrellas".

Mis mejillas se calentaron y di una negación a lo último dicho, del resto no reproche ni contradije porque Jeonghan tenía razón. Temo herir a mi amigo.

Ya habíamos pasado una media hora en el baño y los chicos comenzaron a llamarnos desde la sala, por lo que decidimos salir antes de que pasaran.

Jeonghan salió primero, yo me quedé unos minutos más viendo como el chico de las estrellas comenzaba a mover sus piernas de adelante hacia atrás, sin percatarse de este tonto enamorado. Así, mientras él miraba lo que nos rodeaba pude tener mis segundos de admiración, que deseaba intensamente, fuese eterna.