Beso de sol y lluvia

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El sol de la tarde es bastante fuerte, mas dentro del vehículo está bastante fresco debido que el aire acondicionado está encendido. Los vidrios se encuentran cerrados y no hay música sonando en el estéreo, por lo que se puede escuchar claramente no solo los sonidos del auto sino hasta las pequeñas piedritas o arenita que el mismo levanta y da en los laterales.

El joven en el asiento del conductor hace poco que maneja y por ello está completamente concentrado en la conducción, evitando cualquier distracción que pudiera llevar a desencadenar algún accidente.

Tras un rato, ya en la rotonda, un coche que ingresaba a la misma de manera incorrecta le termina poniendo más nervioso. Sus manos se aprietan sobre el volante y su espalda se tensa como la cuerda de un arco; así se mantiene hasta que por fin termina de salir de la rotonda, pero el alto grado de nerviosismo no desaparece hasta que varios metros después aquel coche, irrespetuoso de las normas, desaparece a gran velocidad y esquivando los otros carros como si de una película de carreras se tratara.

Toma determinados giros y la cantidad de tráfico va disminuyendo todavía más, por lo que para cuando ingresa a las calles cercanas al barrio se encuentra prácticamente solo. Es entonces cuando a mitad de cuadra lo ve; "un beso de sol y lluvia" diría aquella chica que, aún pasado el tiempo, todavía logra colarse en sus pensamientos y sacarle una sonrisa.

Se adentra en la lluvia y enciende el limpiaparabrisas, pareciera que de repente se hubiera aparecido en otro mundo completamente distinto, como si el fuerte sol no hubiera estado allí momentos antes. Dos cuadras después la lluvia desaparece y si no fuera por el agua en el lugar, uno podría pensar que eso no pasó.

Cuando por fin llega a la casa de sus padres, tras estacionar el coche, su madre sale a su encuentro. Tiene esa sonrisa cálida de siempre y los brazos levemente extendidos, a la espera de un abrazo como saludo. Mientras el joven se acerca, la mujer le suelta con tono divertido —¿Qué pasó?

—Me agarró la lluvia —agrega él llegando hasta ella y fundiéndose en un abrazo que por el calor no dura mucho, pero es más que suficiente.

—¿Lluvia? —pregunta su madre mientras ingresan a la casa.

—Sí, llovía en solo dos cuadras. Tendrías que haberlo visto, fue increíble. Por fin pude verlo. —La sonrisa aflojó en sus labios y su madre también sonrió mientras le alcanzaba un brazo de jugo fresco. —Por fin vi un encuentro del sol y la lluvia.

Agua para las floresWo Geschichten leben. Entdecke jetzt