tres

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Yoongi ayudó a los dos mejores amigos en traer los litros de alcohol que necesitaban para su fiesta, mientras los chicos lo esperaban y arreglaban la casa como el patio con focos que usaban en Navidad. Compraron bocadillos, desechables, escondieron cualquier cosa frágil que pudiera romper los invitados, cuadros familiares y cerrar los cuartos donde no querían que las personas entraran. Hoseok se encargó de invitar a los invitados, ya que el tenía más amistades que Jimin. Bueno, Jimin solo tenía a Hoseok.

Cómo Hoseok solo se hablaba con Jennie y otra dos chicas más, le encargó a su amiga que invitara a los que ella creía conveniente, mayormente a los populares de la escuela pero en un número reducido. La chica aceptó y le respondió que no se preocupara, que ella lo iba a manejar.

La cita era a las siete de la noche, pero alguno que otro llegaron antes de la hora, pero no importaba, se entretuvieron comiendo las botanas.

Una hora después, los treinta invitados ya estaban en la casa y Jennie también; pero para las nueve de la noche ya eran más de cien invitados repartidos en el jardín, la casa y otros afuera de esta.

―¡Hoseok! ―exclamó Jimin enojado y preocupado a la vez, porque no sabía cómo mantener el orden con tantos adolescentes en su casa. El mencionado volteó a verlo y se acercó. ―¡¿Por qué carajo hay tantas personas en mi casa?! ¡¿Sabes que mis padres me van a matar?!

―¡Lo sé! ¡Le encargué a Jennie que invitara a su círculo de amistad más íntimos, pero me dijo que invito a más por si unos no asistían! Y bueno... Si vinieron todos... Además de que se le olvidó mencionar que la invitación solo era para ellos, así que ellos invitaron a más personas y ahora... Somos más de cien...

―¡¿Y lo tomas aún con tranquilidad?!

―¡Pues ellos trajeron más alcohol y comida! ¡No hay desabasto y al parecer todos se la están pasando bien! ―respondió el pelinegro tranquilo, pero el rubio no lo estaba para nada.

Yoongi llegaría, vería todo el desastre, llamaría a sus padres y estos lo castigarían con lo que más quería. Prohibirían ver a Hobi por las tardes por los próximos tres meses.

Si que estaba en serios problemas.

Estaba tan estresado vigilando que nadie se robara, rompiera o hiciera mal uso de algunos de los objetos de la casa, que su objetivo de hacer amigos se quedó a un lado, pero también su miedo a hablar con los demás.

―¡Hey! ¡Dejes de jugar con aquel penacho de mis padres! ¡Es su recuerdo de México!

―¡Jimin!

El rubio volteó hacia donde esa voz femenina lo llamó, para encontrarse a la pelinegra amiga de Hoseok; Jennie. Jimin se preguntaba cómo es que la chica se sabía su nombre, pero le restó importancia y se acercó a ella y a su bolita de amigos que intentaban bailar pero el espacio reducido les impedía.

―¿Ocurre algo?

―¡Esta fiesta ha sido de las mejores que he ido este año! ―gritó la chica, ya que la música estaba muy alta y también ella algo ebria.

―Gracias...

―¡Veo a todos divirtiéndose pero a ti no! ¡¿No quieres jugar con nosotros?!

Jimin ya no tenía intención de hacer amigos, solo quería orden en su casa y que todo estuviera igual a cuando sus padres se fueron.

―Gracias, pero debo de acersiorarme de que mi casa se encuentre en orden y que nadie haga algo ilegal.

―¡Ándale~! ―repitió la pelinegra, arrastrando la última sílaba por lo borracha que estaba. ―Solo unas rondas y después te vas. Sino, haré que Hoseok te convenza.

¡Buscando Nuevo Mejor Amigo! | ᴠᴍɪɴWhere stories live. Discover now