quinque

94 19 6
                                    

Jimin no dejaba de mirar la ventana con el ceño fruncido y con un rostro de molestia, pero aún con la vista en la ventana, podía ver de reojo que Yoongi lo veía por el retrovisor de la camioneta cada cierto momento, como si estuviera nervioso y él sabía por qué.

La casa estaba un poco alejado del centro de la ciudad, incluso tenían que subir por las colinas para poder llegar a la fiesta. Subiendo en estas, el peligris se detuvo en la gasolinería para que recargaran un poco a la camioneta mientras él se quitaba el cinturón de seguridad.

―Ahorita vuelvo, voy por agua a la tienda. ―dijo. Pero antes de salir de la camioneta, dió una rápida mirada a Hoseok por el retrovisor, como si fuera una señal antes de irse; mirada que no pasó desapercibida por Jimin.

Hubo un silencio incómodo por unos pocos segundos, antes de que el pelinegro suspirara y tomara la palabra.

―Jimin... Tenemos que hablar.

―Yo no tengo nada de que hablar contigo. ―dijo enfurecido, antes de salir de la camioneta y azotar la puerta para dirigirse al mirador que estaba a unos metros de ahí.

Estaba enojado, sabía lo que significaba eso. Había confiado en ellos y simplemente lo habían traicionado cínicamente.

¡Eran unos estúpidos mentirosos!

―¡Jimin! ¡Para ahí! ¡No siempre vas a huir de las conversaciones!

El rubio se detuvo cuando llegó al mirador y al escuchar a su mejor amigo gritarle mientras lo perseguía corriendo. Cuando este llegó por fin, se puso frente a frente a el rubio y empezó a contarle toda la verdad.

―Mira Jimin... Lo que te tengo que decir no es fácil para mí contarlo... Pero es mejor que te lo diga ahora a que nos haga daño a ambos. ―suspiró antes de continuar y dijo: ―Sé que prometimos no volver a hablar sobre lo que pasó hace un mes en tu casa, pero creo que es necesario hacerlo para esta conversación... Me alejé de tu hogar las primeras semanas justamente para evitar a tu hermano y no volverlo a ver, y al parecer estaba funcionando pero de mi cabeza no lo podía sacar. No sabía por qué, pero no dejaba de hacerlo y eso me tenía asustado...

El corazón del rubio latía a mil por hora, su respiración era acelerada y estaba rezando que lo que restaba de historia, no fuera lo que su mente se estaba imaginando.

―Un viernes en la noche, estaba solo en mi casa cuando alguien tocó la puerta. Pensé que eran mis padres que se habían olvidado de las llaves, pero ―Hoseok agachó la cabeza con vergüenza y también el tono de voz ―; era tu hermano.

Ahora Jimin tenía ganas de ahorcar a su Yoongi y golpearlo hasta dejarlo inconsciente, porque le había prometido de que no lo iba a buscar, que no lo iba a molestar y ahora resulta que había ido a tocar a su puerta hacia semanas. ¡Le había estado mintiendo en su propia cara!

― Quiso aclarar las cosas entre nosotros y me confesó que no solo fue un simple acostón para él, sino que había sentido algo que no podía explicar... Que no había dejado de pensar en mí desde ese día y que... Yo realmente le gustaba. Así que yo también le confesé que me gustaba.

Ahora sí que quería matarlo.

―¡No! ―gritó Jimin rápidamente, haciendo que Hoseok subiera la mirada sorprendido. ―No puedes estar enamorado de él. Seguramente estás confundido, te sientes obligado a corresponderle, o te manipuló...

―Jimin... ¿Cómo carajos te atreves a decirme eso? ―preguntó ofendido.

―Es que tú no puedes estar enamorado de él. Tu no me lo habías dicho, ni tan siquiera que se te hacía guapo... ―desvió la mirada. ―Simplemente no puede ser porque tampoco me has dicho que te gustaba alguien.

¡Buscando Nuevo Mejor Amigo! | ᴠᴍɪɴWhere stories live. Discover now