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"La bolsa de basura"

- . . . Jackson, más vale que te des prisa - le dije desesperada

- No te pedí que me dieras nada - respondió de mala manera anotando los apuntes de biología

- Tú no, pero Lydia si y haría lo que sea por ella. Aunque eso incluya tener que soportarte a ti, idiota- me froté el rostro impaciente

Una de mis cualidades era no tener paciencia, nada en lo absoluto.

- Como sea -

A decir verdad, era incómodo estar en la misma habitación que Jackson Whittemore, nuestro pasado no había sido muy bueno. Especialmente porque compartimos unas cuantas noches juntos.

Me recargue en el marco de la puerta mientras revisaba la hora en mi celular. ¿Enserio era tan lento o solo lo hacía para molestarme?

Estaba decidida a irme, aunque conociendo a la señora Whittemore, lo más probable es que me obligara a quedarme a cenar.
Tenía una relación muy buena con ambos padres, todo lo contrario con su hijo.

Entrecerré los ojos, mientras veía con enojo a Jackson, que se detuvo de escribir para encender una lámpara. Antes de que pudiera quejarme de lo lento que era, escuche unos gritos, probablemente de los vecinos.

- ¿Qué es eso? - pregunté mientras pegaba mi oído a la pared para escuchar mejor

- Los vecinos. Todo el día a toda hora gritan y discuten... o al menos el padre - fruncí el ceño

- ¿El padre? -

- Sí, supongo que es una familia, o qué sé yo. No me meto en lo que no me importa - me observó despectivamente. Abrí mis ojos indignada

- ¿Sabes? Lo mejor para mi salud mental será irme. Mañana me entregas el cuaderno - se limitó a asentir con la cabeza

Salí de su habitación, topándome con su madre.

- Hola, señora Whittemore - saludé cortésmente

- _______, cariño. ¿Te apetece quedarte a cenar? -

No, para nada.

- Me encantaría señora Whittemore, pero ya tengo planes. Pensaba llevarle una ensalada a mi padre y cenar con él - me miró con el ceño fruncido

- ¿El sheriff comiendo sano? Eso es algo nuevo -

- Claramente terminaré llevándole una hamburguesa con tocino y carne extra, a menos de que quiera darme en adopción - ella soltó una pequeña risa

- No te preocupes _______, será otro día - sin más, salí de su casa rumbo a la estación

Claro, no era bien visto que una chica anduviera sola por las calles de Beacon Hills por la noche, con todas las muertes y asesinatos... Ya nadie podía salir por las noches, ni niños, adultos y personas mayores de cualquier sexo.
Pero parece que yo soy inmortal, porque eso no me impidió salir de la casa de los Whittemore a pasadas horas de la noche.

Una vez que pasé por la casa que estaba frente a la de los Whittemore, escuché como un hombre mayor gritaba a alguien.

- . . . ¡¡No me respondas, maldito mocoso!! - gritó con demasiada rabia - ¡¡VE SACA LA BASURA COMO TE LO ORDENÉ!! - escuché como daba fuertes pisadas y subía lo que parecían ser unas escaleras.

Me quedé helada en mi lugar, sosteniendo con más fuerza de la debida mi mochila.

Un chico alto, con el cabello rubio y una chaqueta negra salía de la casa con la cabeza agachada, solo podía distinguir su cabello. Traía 2 bolsas, una en su espalda y la otra arrastrando.

Cuando por fin alzó la mirada para dejar las bolsas, noté que su ojo izquierdo tenía un moretón, varias cortadas en su labio y mejillas, sus ojos estaban cristalizados y sus manos temblaban.

¿Así que el viejo lo golpea?

Desvié mi mirada hacía abajo donde llevaba arrastrando la bolsa y noté que estaba a punto de romperse

- ¡Hey! - lo llamé mientras me acercaba. Al instante se tensó y levantó su mirada asustado.
- Tranquilo que no muerdo, solo te digo que esa bolsa esta así... - medio junté los dedos índice y pulgar - de romperse - él se giró hacía su bolsa

- Oh... emm, si gracias - asentí poco convencida. No podía ni con la bolsa que cargaba

- ¿Quieres que te ayude? -

- No no, yo puedo -

Suspiré pesadamente y me acerqué para ayudarlo a levantar la bolsa casi rota.
Los 2 la levantamos y la colocamos dentro del bote de basura

- Gracias - murmuró tímidamente

- De nada - noté en su rostro que quería decir algo más, especialmente porque abrió los labios y los volvió a cerrar, nervioso.
- Mi nombre es _______ Stilinski, ¿Cuál es el tuyo? - me presenté amablemente

- Isaac Lahey - respondió tímido

- Un placer Isaac. Nos vemos luego - me despedí con la mano y volví a seguir mi camino dando pequeños brincos

Lo sé, es algo muy infantil de mi parte, pero es el precio de vivir con Stiles Stilinski.

Antes de llegar a la estación de policía pasé por un lugar de comida rápida y compré una hamburguesa para nada vegetariana para papá.

Cielo Sin Estrellas [Isaac Lahey y tu]Where stories live. Discover now