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— ...No, no. Me rehúso mil veces. No — negué mientras me cruzaba de brazos 

— Por favor ________ — 

— Que no, Scott. No pienso hablar con Isaac — 

— No hablarás, solo nos... ¿acompañarás? — 

— Es lo mismo — miré a Stiles molesta 

— Vamos, en algún momento tendrán que hablar, ¿si? — 

— ¿Si? Pues ese momento no será hoy — me giré hacia otro lado, al instante Scott me tomó de la rodillas y me arrastró hasta la salida — ¿Qué haces? ¡Bájame, idiota! — hizo caso omiso a mis golpes e intentos vagos de bajarme — ¡Stiles! — 

— No. Ni me mires. Tenemos que encontrar a Heather — suspiré rendida 

No me bajó hasta que llegamos al estacionamiento de la escuela. 

— ¿Y? ¿Qué hacemos aquí? — 

— ¿Nosotros? Nada ¿Tú? Esperar — y sin más, me dejaron allí parada como tonta 

Me recargué en el cofre de uno de los autos que había allí. Hasta que vi a alguien frente a mi. 

— Más te vale tener algo importante que decir, Isaac — su expresión dolida casi me hizo querer abrazarlo, CASI 

— Sabes que no necesitas las clases, eres la persona más inteligente del condado — me mordí la lengua evitando sonreír 

— ¿Qué quieres, Isaac? — 

— Fingiré que me hablaste bien, ¿si? — 

— ¿Qué quieres? — 

— Hablar — 

— Bueno, pues hazlo — me crucé de brazos, esperando 

— Te juro que no es lo que crees — 

— Siempre la misma frase. Estoy cansada de leerla en todos lados y escucharla ¿sabes? — rodé los ojos molesta 

— Es que enserio no es lo que crees —

— ¿No? ¿Entonces quién es la chica? —

— No lo sé — respondió un poco avergonzado 

Vale, eso me confundió lo suficiente para quitar mi cara de molestia.

— ¿Cómo que no sabes? — 

— No, no lo sé. Solo sé que me salvó — fruncí el ceño

— ¿Te salvó? — 

— Sí. Cuando entré al lugar donde tenían a Érica y Boyd ella me ayudó a salir y me mantuvo con vida mientras dos de la manada nos atacaban — explicó nervioso, pero seguro 

¿Eso cómo es? 

No lo se.

— Pero tú... yo, ¿qué? — me sentí como una tonta 

— No estaba con ella como tu crees. Lo único cierto de tu teoría fue que nos atacaron — 

— ¿Cómo sabes? — pregunté con las mejillas encendidas 

— Scott — 

— Maldito — 

— Debo de admitir que me reí — sonrió abiertamente al ver mi cara de vergüenza 

— Deja eso y dime qué pasó — 

— Cuando salí de allí me atacaron, ella llegó en una moto y me sacó. Al parecer era por un encargo — se encogió de hombros y siguió — Después tuvimos que atravesar un ventanal enorme de vidrio y como no resistí, nos caímos de la moto. Luego desperté en el hospital. Lo último que recuerdo fue que ella les disparó a los lobos que se hicieron uno — 

Bien, ahora entiendo menos que antes. 

— ¿Se hicieron uno? ¿Cómo? — 

— No lo sé. Solo se unieron y formaron un enorme hombre lobo alfa — asentí procesándolo todo 

—Entonces... ¿no estabas...? — 

— ¿Siéndote infiel? No. Estaba siendo atacado por la manada de alfas que me querían muerto — 

Bien, me sentía como una completa idiota. Isaac lo notó, porque al instante se acercó a mi, quedando unos pocos centímetros de mis labios. 

— ________, no podría engañarte ni aunque quisiera — 

— ¿Gracias? Supongo — me colocó una mano en la mejilla y la otra en la cintura 

— Me crees, ¿verdad? — preguntó tímidamente 

— Claro, es solo que... todo esto pasó demasiado rápido — 

— Bueno, te fuiste casi cuatro meses a México — sonreí

— Tres meses...  no sentí que fuera tanto — 

— Claro, tu estabas paseando por las pirámides de no sé qué y yendo a playas, mientras yo estaba aquí buscando a mis amigos desaparecidos y su único consuelo estaba a kilómetros — me eché a reír. 

Isaac me dio una mirada cansada. 

— ¿Sabes lo que es tres meses sin sexo? — dejé de reírme de golpe y al instante mis mejillas se tornaron de rojo 

— ¡Isaac! — le golpeé el hombro ligeramente 

— ¿Qué? ¡No fue nada bueno para mi, ¿sabes?! — bajó su mano de mi mejilla hasta mi cuello

Tragué en seco al ver que apretaba ligeramente sus mano a mi cintura. Inconscientemente moví mis caderas hacia adelante. 

— Y dices que soy yo... — alcé la mirada a sus ojos, estaban oscuros y podría jurar que escuchaba los latidos de mi corazón acelerado 

— Ten... tengo clases — volví a tragar en seco cuando me apretó ligeramente el cuello  

—Yo tengo en mente cosas más interesantes que estudiar — 

En mi defensa, mi cerebro está demasiado nublado y lleno de pensamientos lujuriosos.
Asentí varias veces antes de sacar las llaves del Jeep y buscar el lugar donde lo habíamos aparcado. Minutos, tan solo fueron minutos los que pasaron para llegar al departamento de Derek que era también el lugar donde vivía Isaac.

— Derek no está aquí, ¿verdad? — 

— No. Sigue buscando una manera de sacar a Érica y Boyd — me tomó de la cintura y me arrastró hasta su habitación. 

Una vez allí me pegó bruscamente contra la pared de al lado, bajando sus besos por mi mejilla, clavícula, cuello...
Apreté las piernas, eso solo hizo que se metiera entre ellas, separándolas. 

— Isaac... — gemí al sentir sus manos calientes en mis muslos 

— ¿Uhm? — murmuró contra mi cuello 

— Deja de comportarte como un cachorro — sentí su sonrisa con mi cuello y también sentí como me tomó con fuerza de las piernas y me arrastró hasta la cama 

— Eres masoquista, ¿lo sabías? — 

— Sí, gracias por recordármelo — 

— Enserio, te encanta que use los poderes de lobo contigo... —  

Cielo Sin Estrellas [Isaac Lahey y tu]Where stories live. Discover now