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— ¡¡_______!! — la voz de Stiles irrumpió en mi sueño 

— ¿Qué quieres, Stilinski? — pregunté volviéndome a acurrucar en mi cama 

— ¿A qué no adivinas de que nos enteramos? — preguntó más ilusionado que yo en mis clases de biología con Harris

— ¿Tengo cara de querer adivinar, Stiles? — 

— De hecho, tu cara ni siquiera se ve. La tienes cubierta con la manta — me quité la cobija y lo miré molesta 

— Más vale que sea importante — 

— ¿Recuerdas a Derek? — esa pregunta hizo que me molestara aún más

— No — me miró con la boca abierta — Claro que no, digo, no es como que se me fuera a olvidar de la noche a la mañana como le cortó la garganta al loco tío Peter — bromeé

— No es momento para recordar eso — 

— Entonces, ¿Por qué preguntas por Derek? — 

— Está buscando una manada — me tomó unos segundos procesar esas cuatro palabras, pero cuando lo hice, me levanté de golpe haciendo que se cayera de espalda

— ¿Derek buscando una manada? ¿Cómo lo supieron? —

— Bueno, mientras tú ayudabas a Jackson, Scott, Allison y yo fuimos a su casa, nos encontramos con las trampas de los Argent, después Chris apareció, nos escondimos y, ¡puf! descubrimos que Derek busca una manada — explicó 

Me quedé más confundida de lo que estaba antes 

— Bien — dije después de unos segundos — tu explicación estuvo confusa pero, creo que entendí —  

— Bien, porque mañana esa será nuestra misión — 

— ¿Qué? — 

— Encontrar a la nueva manada de Derek. —  

~●~

Al día siguiente, me rehusé a levantarme temprano para acompañar a Stiles y Scott, era fin de semana, mi día de descanso. 

Decidí mejor acompañar a papá a la comisaría. 

Cuando ambos estuvimos en la patrulla, me extrañó que no tomara la ruta hacía la comisaría, sino la ruta al cementerio. 

— Papá, ¿A dónde vamos? — 

—  Me surgió un caso. Iremos al cementerio — respondió calmado mientras conducía 

Me acomodé mejor en el asiento y esperé a que llegáramos, y cuando lo hicimos, papá se fue a hacerle unas cuantas preguntas a un señor de avanzada edad. 

Yo, por mi parte, me dediqué a saltar unas cuantas tumbas y a brincar por allí. No me apetecía oír las quejas que ese señor tuviera que darle a mi padre. 

— ¡________, con cuidado! — me gritó mi padre sin prestarme mucha atención

Antes de que pudiera reaccionar, choqué con una enorme figura que ni se inmutó en moverse, que a diferencia de mi, me froté rápidamente la cabeza. Era como si hubiera golpeado una roca, parecido a cuando intenté golpear a Derek —mi mano se había roto— . 

Levanté mi mirada para encontrarme con el rubio de anoche. 

— ¿Isaac? — lo llamé mientras seguía tallándome la cabeza 

— Oh, perdóname ________, no te vi — me sonrió con mucha más confianza que anoche 

— ¿Ahora si hablas? Y por lo que veo tienes más fuerza — dije mientras lo miraba de arriba a abajo sin ninguna pizca de discreción 

Y era raro, se veía mucho más formado, el abdomen se marcaba más al igual que sus brazos y los pequeños cortes en las mejillas y en el labio ya no los tenía, solo el ojo morado. 

— ________, ven aquí — me llamó mi padre 

— ¿Eres la hija del sheriff? — preguntó sorprendido 

— ¿Por qué tanta sorpresa? No ves que somos igualitos — me coloqué al lado de mi padre, el cual sostuvo mi brazo obligándome a quedarme quieta 

— Tú tendrás que contarme de donde conoces a ese chico — me dijo con una voz celosa

— Lahey, Isaac Lahey — le dijo el rubio oji-azul a mi padre, el cual anotó algo en su libreta. Yo seguía sin entender que estaba pasando 

— ¿Trabajas con tu padre, Isaac? — preguntó el sheriff levantando su mirada de la libreta 

— Cuando no está en la escuela — intervino el padre 

Esperen, ¿Isaac va a la escuela? ¿Por qué nunca lo había visto?  

Fruncí el entrecejo, el pareció notarlo, porque rio un poco y agachó la mirada divertido.  

— . . . En donde debe estar en 20 minutos — 

— Esperen — dije haciendo que los 3 me mirasen — ¿Tenemos escuela? — mi padre me miró con los ojos entrecerrados — Creí que era fin de semana — Isaac reprimió una sonrisa con una tos 

— Tú y yo señorita, hablaremos acerca de algo que se llama responsabilidad — volvió su vista al señor Lahey, supongo — Si, entiendo, pero tengo una adolescente perdida y la unidad canina nos trajo aquí. Ella no trae ropa y si está afuera y la temperatura baja... — sé que hablaba de Lydia

— . . . Lo siento, no vi nada — interrumpió Isaac, nervioso 

Su padre soltó una risa para nada graciosa o con deje de diversión.

— Créame, si hubiera visto a una chica desnuda fuera de la pantalla de la computadora lo recordaría — me removí incómoda en mi lugar, mientras me escondía un poco detrás de papá 

— ¿Dónde te lastimaste el ojo, Isaac? — preguntó mi padre haciendo que el señor Lahey se callara de golpe y lo mirara seriamente 

— En la escuela — respondió

— ¿En una pelea? — intervine curiosa, Isaac no parecía el típico chico malo, o al menos no lo aparentaba 

— No, en Lacrosse —

Me sorprendió mucho esa respuesta. Nunca lo había visto. 

— Lacrosse — repetí dudosa — ¿Juegas en Beacon Hills? — volví a preguntar robándole el trabajo a mi padre 

— Si — respondió seguro 

Iba a volver a hablar, pero papá me dio una mirada seria. 

— Mi hijo juega con ellos. Bueno, está en el equipo, pero no juega en realidad, no aún. Como sea — cortó mi padre

Stiles siempre se quedaba en la banca, a decir verdad, era muy malo, lo que sigue de malo, pésimo.

Volví a mirar a Isaac que miraba un punto fijo detrás de nosotros, así que miré de reojo detrás de mi. Por un momento, me pareció ver a Derek Hale, por su chaqueta de cuero negro.
Mi padre, al ver que Isaac y yo nos giramos, también lo hizo, pero ya no había nada. 

— ¿Te pasa algo, Isaac? —

— No — respondió de golpe interrumpiendo a mi padre — No, lo siento, me estaba acordando de que tengo que ir a la práctica matutina — 

¿Eso existe? 

Iba a comenzar a cuestionar hasta la existencia de Isaac, pero mi padre cambió de hoja y prosiguió.

— Una pregunta más. ¿Hay robos de tumbas a menudo aquí? — lo miré en busca de una respuesta, pero nada 

— Si, algunos se llevan la joyería — 

— ¿Qué se llevaron? — intervine acercándome un poco más a la tumba abierta 

— Un hígado — por instinto retrocedí de golpe, logrando tirar la libreta de papá 

— Dios, el ser torpe se está apoderando de mi — murmuré mientras la levantaba 

Isaac sonrió... Y vaya que tenía una sonrisa linda.

Cielo Sin Estrellas [Isaac Lahey y tu]Where stories live. Discover now