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Ese mismo día por la noche.

Sí, había decido ir con Isaac hasta la noche, y es que, desde que me dijo que fuéramos a un lugar juntos, no habíamos salido hasta hoy.

Les contaré como descubrimos este lugar.

Un día, Isaac y yo estábamos en el bosque de Beacon Hills.
Había prometido a Isaac ayudarlo a controlar su fuerza, velocidad y todas esas cosas de hombres lobo.
El punto de esto es que le dije a Isaac que corriera desde el árbol donde estábamos y diera una vuelta de regreso a mi. Pues bueno, no regresó, no lo hizo hasta la noche que lo encontré.
Si, Isaac con casi 17 años se había perdido en el bosque.

Cuando lo encontré, no paré de reírme de él hasta que me recargue en una "pared" que resultó ser una enredadera verde.
Isaac también se rio de mi, pero nos olvidamos de las risas cuando me levanté y vimos el paisaje detrás de nosotros.
Detrás había un sendero cubierto de hojas y a su alrededor había arboles enormes y muy hermosos.
Caminamos un buen de tiempo hasta que Isaac chocó con el tronco enorme de un árbol.

Lo sé, somos un desastre juntos.

Lo curioso de esto es que el tronco era más grande de lo normal y hasta la copa había una pequeña casita de madera, muy vieja a decir verdad.
¿Saben el riesgo que fue subirse a esa cosa? Pues fue mucho.

Apenas estuvimos los dos arriba de ella, se cayó, literalmente se cayó y se hizo pedazos. Abracé a Isaac el cual recibió la mayor parte del golpe.

— Recuerdame nunca más hacerte caso en algo — le tendí la mano para que se levantara

— Tu accediste — me defendí — Además, eres un hombre lobo, ya sanarás — me miró indignado mientras seguía caminado

— ¿De quién era esto? ¿O quién vivía allí? —

— Ni idea, pero para que se haya caído, debió estar deshabitada por mucho tiempo —

— Vamos — seguimos caminando por el sendero hasta llegar a un pequeño lago con un muelle

— ¿Isaac? — pregunté al ver el agua cristalina

— ¿Si? —

— Dudo mucho que sigamos en Beacon Hills — señalé el letrero que decía "Oxnard"

— ¡¿Oxnard?! — fue hasta donde yo estaba y casi volteó el letrero

— Esta debe ser una ruta para llegar. Debieron haberla construido las civilizaciones antiguas —

— Bien... ¿Oxnard? —

— Si, Isaac. Aquí inicia Oxnard — nos sentamos en un pequeño prado en el que se podía ver las estrellas. Era de las pocas partes del bosque donde se lograba ver el cielo

— Creo que volveré aquí más seguido — dije distraídamente

— Yo igual, ¿cómo es que nadie sabe de este lugar? —

— Ni idea, todo Beacon Hills y sus alrededores están llenos de secretos y creo que lo mejor será mantenerlo así — asintió mientras señalaba unas cuantas constelaciones

Regresando a la actualidad...

Ya había pasado las enredaderas y estaba por llegar al prado cerca del pequeño lago.

— Veo que elegiste hasta la noche para venir — la voz se Isaac salió de la oscuridad haciendo que diera un salto en mi lugar. Él solo sonrió divertido
— Pensaste que iba a ganarte en nuestro partido de lacrosse, ¿por eso me citaste en la noche? — se acercó a mi y me dio un abrazo

Cielo Sin Estrellas [Isaac Lahey y tu]Where stories live. Discover now