"Si decido quedarme" era una película que iba sobre una chica que se quedaba en coma y a base de sus recuerdos debía de decidir si quería vivir o morir. Era una bonita historia de amor que a ambos nos gustaba mucho. La había visto 5 veces, y me había leído el libro porque Astrid me obligó. Mi novia era una gran lectora y "Si decido quedarme" era sin duda su libro favorito y película favorita. Y la verdad, después de leerme el libro y ver la peli, a mí también me gustaba bastante.
Astrid estaba tumbada en el sofá con sus piernas colocadas encima de las mías y yo me encontraba sentado mirándola. Hacía rato que la película había terminado y estábamos solos en casa. Miré a Astrid que jugueteaba con uno de sus mechones rubios.
- ¿Qué miras idiota? - me dijo.
- ¿Qué pasa? ¿Ahora no puedo mirarte? - pregunté.
-El precio es de un piropo por mirada.
-Entonces ¿Cuánto vale un beso?
Astrid se colocó una mano en la barbilla pensativa.
-Mmmm... Una caricia.
- ¿Y con un beso que puedo comprar?
Astrid sonrió picarona.
-Descúbrelo tú mismo.
Me giré hacia ella. Astrid colocó sus pies alrededor de mi cintura. Apoyándome en el colchón del sofá comencé a bajar acercándome a ella delicadamente.
-Tienes los ojos más bonitos del mundo - dije como piropo para poder mirarla como ella me había dicho que hiciera.
Astrid se rió.
-Eres un puto cursi.
-Pero te encanta -dije acariciándole la mejilla para poder besarla.
-¡Venga ya!
La ignoré por completo y comencé besándole el cuello suavemente. Astrid suspiró y puso una mano sobre mi cabeza revolviendo mi pelo. Me rodeó con sus piernas y colocó una mano en mi espalda que la metió por debajo de mi camiseta. Dejé de besarle el cuello y me dirigí directamente a sus labios. Empecé a besarla.
Notaba a Astrid más cariñosa de lo normal, no solo hoy, sino también algunos días atrás. Desde el día de "nuestra noche" la había notado algo rara, o por lo menos me lo había parecido durante una semana más o menos. Pero ahora parecía lo contrario, parecía que aquel sentimiento que antes la hacía comportarse de una forma extraña había cambiado a estar más pegajosa conmigo. No me molestaba en absoluto, me alegraba de que fuese cual fuese el problema ahora ella estuviera feliz.
Nos separamos y nos quedamos abrazados tumbados en el sofá en silencio. Transcurrieron unos cuantos minutos hasta que Astrid volvió a hablar.
- ¿Sabes? Mañana mis padres tienen una cena con sus amigos y puede que no vuelvan hasta tarde - hizo una pausa para reírse - Si la fiesta se hace aburrida, o simplemente queremos intimidad... Ya sabes.
Me reí. Sin decir nada, me dispuse a besarla de nuevo, pero en cuanto nuestros labios se rozaron el sonido de la puerta al abrirse hizo que me separara rápidamente de Astrid y me quedara sentado en el sofá de un salto. Astrid que seguía tumbada empezó a reírse de mí.
- ¿Qué andabais? - preguntó mi madre como saludo.
-Eh, chicos. Ir más despacio, no quiero ser abuelo tan pronto - dijo mi padre riéndose.
-Joder que puto susto...- me dije a mi mismo - No estábamos haciendo nada papa - chillé.
Mis padres cerraron la puerta y se acercaron a nosotros. Venían de la calle, seguramente habían estado con sus amigos tomando algo, lo solían hacer muy a menudo los fines de semana.
- ¿Mañana no tenéis una party hard? - preguntó mi madre - ¿No sería mejor que os fuerais a la cama para que mañana podáis disfrutar bien de la fiesta?
-Anda, Val, no les incites a volverse en unos borrachuzos fiesteros.
- ¡Divertirse un poco no esta mal! Dejales. Además, si te recordará como eramos tu y yo de jóvenes...
- No hace falta que me recuerdes nada- dijo mi padre mientras se reía - No querrás que estos dos jóvenes aprendan de nosotros.
-No, tranquilos, Hipo y yo no solemos beber mucho y encima no nos solemos quedar hasta tarde en fiestas así. Y bueno, también estaba a punto de irme a casa así que... - explicó Astrid.
-Hijo, te has echado la mejor novia del mundo. Responsable, inteligente, guapa... - dijo mi padre - No te sientas ofendida Val, cariño.
Puse los ojos en blanco.
-En serio ¿Papa? - dije.
-Tu padre tiene razón. Es perfecta - dijo Valka- ¿Como me iba a sentir ofendida?
-Gracias - dijo Astrid entre risitas.
Miré a mis padres y a continuación a Astrid. Esta se encogió de hombros a la vez que me sonreía. Estoico y Valka nos miraban a los dos como si fuéramos un cuadro caro de un museo. Era algo incómodo. Astrid se levantó del sofá.
-Debería irme.
- Sí, igual mejor. Tenemos que dormir, como dicen mis padres.
La acompañé hasta la puerta que estaba a solo 6 pasos del sofá. Nos despedimos con un breve pico en los labios.
-¡Ooooh! Que cuquis.
- ¡Mama! ¡Cállate!
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¡Y otro capítulo de relleno! Weeee! Jajajajaja, pobres capítulos de relleno, ellos también merecen aparecer . Aunque la verdad es que yo intento que todos los capítulos tengan algo de importante con la historia. La función de este capítulo sería mostrar la relación de Hipo y Astrid ahora mismo. Supongo xD
Y sí, estoy publicando hoy que es jueves porque mañana probablemente no pueda subir capítulo, estaré ocupada.
Este capítulo se lo dedico a una de mis mejores amigas a la que le encanta "Si decido quedarme" y lo puse en honor a ella. Te lof mucho Laurito *Muchos emoticonos de corazoncitos*
Eso es todo todito. Gracias por leer mi historia, espero que os este gustando. Las estrellitas y los comentarios son más que bienvenidos :)
(Creditos al artista por la foto)
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Tú decides
FanfictionMiré resentido a Jack. -Todas las mentiras acaban saliendo a la luz Jack...- dije más tranquilo. Jack suspiró y comenzó a dar vueltas por el baño mientras se pasaba las manos por el pelo un y otra vez. Le seguí con la mirada y se paró justo dándome...