CAPÍTULO DOCE

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Este capítulo es medio picoso :0.

Arder.

Dione

Estoy perdida desde que toqué sus labios. Joder, él besa tan bien.

Él enrosca su lengua con la mía y me dejo llevar por esta sensación. A la mierda el odio y mis ganas de pegarle, me gusta de igual forma.

Mi esposo baja sus manos hasta mi espalda baja para pegarme más a él y llegar más a fondo con nuestro beso. Desabotono desesperadamente su camisa y me ayuda en el proceso de quitársela, mientras que él, sostiene los tirantes de mi vestido y lo baja de un tirón.

Mis mejillas se tiñen poco a poco en un tono rojizo al darme cuenta que estoy en ropa interior frente a él. Nicholas se da cuenta y se separa con una media sonrisa para desabrocharse los pantalones y quitárselos rápidamente junto con sus zapatos.

-Estamos a mano, pequeña piraña -se acerca a mí y deja pequeños besos alrededor de mi
cuello.

Suelto un jadeo cuando comienza a chuparlo con vehemencia, enrollo mis dedos en su cuero cabelludo y entierro mis uñas en el mismo cuando se atreve a chupar más fuerte.

-Nicholas... -cierro mis ojos y siento una pequeña ola de excitación.

Él se separa segundos después y planta un beso en el mismo lugar, sé perfectamente que me dejó un chupón, y tal vez tarde un tiempo en desaparecer.

Lo empujo a la cama y caigo a horcajadas sobre él para volverlo a besar. Sus manos inquietas bajan hasta mi trasero y lo aprieta para moverme lentamente sobre su pelvis, provocando que su erección salga a la vista poco a poco y roce mi entrada.

-Estoy ansioso por follarte -dice en un tono seco y muerdo su labio inferior.

-¿A qué esperas?

-Antes, quiero hacer algo más divertido.

Frunzo el ceño y estoy por preguntarle, pero no hace falta, ya que en sólo dos segundos, me toma por las piernas y me tira bruscamente a la cama, haciendo que caiga de espaldas. Baja de un tirón mis bragas, arrancándolas casi en el proceso y deja besos en mis muslos hasta llegar a mi intimidad.

-Nicholas, yo... yo no creo que...

-Sh -interrumpe-, tranquila. Luego de que empiece, no vas a querer que termine.

Me guiña un ojo y asiento, siento mis mejillas arder. Finalmente, su lengua toca mi clítoris y no pude evitar soltar un gemido. Me tapo la boca para que no se escuchen, pero Nicholas la aparta e introduce dos dedos en mi cavidad.

-Gime todo lo que quieras, pequeña piraña
-jadeo como maniática-. Que sepan todos en esta casa y hasta donde lleguen tus gemidos como te excito y provoco que caigas a mis pies.

-Dios... cállate ya.

Sostengo su cabeza y lo vuelvo a atraer hacia mi clítoris, sigue danzando su lengua mientras sigue embistiéndome con sus dedos. Joder... es el maldito paraíso.

Cuando estoy a punto de llegar al límite, el
maldito cenutrio se detiene con una sonrisa burlona. Se limpia los labios, me toma de las piernas para cargarme y llevarme hasta la encimera que tenemos al lado del espejo.

El futuro Heredero✔️  (BORRADOR).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora