EXTRA: En el corazón y en las entrañas.

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Nota: Estos son uno de los extras de este libro, si leen la historia completa en amazon, pueden leerlos luego :)).

Nicholas

Tanteo mis dedos en el escritorio por centésima vez en el transcurso del día. Esta jodida computadora está tan lenta, que ya estoy a poco de tirarla por la ventana.

Estoy de un mal humor de perros.

¿Las razones? Simples.

Llevo el día entero encerrado en esta oficina y en la empresa.

No he visto a mis hijos.

Y lo más horrible para último, lo que me pasa seguido: No he visto a Dione, ni estando en la misma empresa en este momento. Eso me pone de peor humor.

Tengo toda la camisa arrugada por el estrés, ni hablar de mi cabello. Llevo una hora seguida bostezando, ya ni sé si pueda seguir así.

Dejo mi tercera taza de café en el escritorio. Según dicen que mata el sueño, puras mierdas. Sólo me causa más ganas de estar enrollado en mi cama, junto con mi esposa.

Después de estar invocándola el día entero, ella aparece en la puerta. Es la única a la que le permito que no la toque y entre cuando quiera. No tengo nada que ocultarle, por tal razón, no me molesta.

Sus ojos verdes exponen preocupación por mi imagen, ni siquiera tengo que verme. Ya sé que estoy como un vagabundo.

-¿Qué te dije sobre estar horas pegado en esa computadora? -se cruza de brazos- Sabes que puedes pedirme ayuda, para eso estoy.

-No quería molestarte -suelto un gruñido de cansancio.

El amor que siento por esta piraña nace en mí cuando se sienta en mis piernas. Este es mi momento favorito del día.

-Nicholas, cariño, sabes perfectamente que me enoja cuando te sobrecargas de trabajo
-señala la computadora-. ¡Estos se podían realizar en unas semanas!

Apoyo mi cabeza en sus tetas. Pervertido de profesión, no de ocasión.

-Quería adelantarlo.

Acaricia mi cuero cabelludo en círculos, me encanta cuando lo hace. Me causa paz total.

-No sé que hacer contigo, cenutrio.

-Simple, piraña. Amarme mucho.

-Ay, cállate, estúpido -la apretujo más contra mí-. Me pararía y me iría sin ti, pero ya sé que soy tu método de tranquilidad.

Y sabe muy bien.

La convenzo para que me siga abrazando cinco minutos más y finalmente nos vamos de aquí. Dione tuvo que conducir porque mi cansancio no me lo permitía.

Al menos el trabajo no va en vano. Si paso horas frente a una computadora, es para que mis hijos y mi esposa tengan la mejor vida que les puedo ofrecer.

Llegamos a casa y cierro la puerta de espaldas, Dione y yo sonreímos con ternura al ver a los pequeños demonios jugando con su abuelo. Él los quiere mucho, siempre los consiente de todas las maneras posibles.

Ambos alzan sus cabezas cuando ven nuestra presencia y corren despavoridos a nosotros.

-¡Ya llegaron! -aplaude Iris con emoción y alza sus brazos para que la cargue mientras Dione sostiene a Spencer.

-¿Nos trajeron algo? -pregunta el cenutrio en miniatura con su voz infantil.

-Claro -Dione besa su mejilla-. Nosotros mismos, sus padres -ambos refunfuñan, ella siempre les dice eso cuando hacen esa pregunta-. Ahora, vayan a bañarse para cenar e irse a dormir.

El futuro Heredero✔️  (BORRADOR).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora