CAPÍTULO VEINTICUATRO

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La fuente.

Nicholas

El vientre de Dione está tan grande, que a veces me da miedo que se caiga de frente por el peso de andar con un bebé dentro todos los días.

Sus cambios de humor han estado mucho peores. Un minuto está abrazándome y a los
diez segundos, me empuja e insulta. Hoy tratará de controlarse, ya que tenemos una fiesta en nuestra nueva casa y estuvo de insistente con que quería estar.

No teníamos idea realmente de hacer fiestas por ahora, pero debido a que los noticieros y los chismosos de los paparazzis ya se enteraron de que nos mudamos, era necesario hacerla para que dejaran de joder.

Apenas nos mudamos hace dos semanas, no nos ha dado tiempo de ir a comprar muebles, por suerte estaba semi-amueblada. Porque sino fuera por eso, estuviésemos durmiendo en el piso.

Dione sale del closet y la veo en el reflejo del espejo. Me volteo para mirarla de arriba a abajo, es perfectamente perfecta.

-No es necesario que me veas así para hacerme sentir bien -camina desanimada hacia mí y frunzo el ceño-. Me siento horrible.

-Estás lindísima -espeto.

-Lo dices para no volverte a discutir -hace el amago de llorar, pero contiene la respiración para no hacerlo-. Yo amo a nuestro hijo, pero no puedo evitar sentirme mal por verme gorda. Ni siquiera has tenido intimidad conmigo desde los últimos dos meses, entiendo que ya no te atraiga sexualmente.

Trato de responderle, pero ella me detiene.

-No te preocupes, ya debo de tenerte harto con todos mis problemas -se arregla su cabello y suspira-. Vamos, deben de estar esperándonos. Mejor hablamos de esto luego.

Veo como se dirige a la puerta e intenta abrirla, pero yo soy más rápido y la sostengo de sus hombros para acorralarla en la misma.

-¿De dónde sacas ideas tan estúpidas? -digo, serio- Aunque bueno, tú lo eres un poco, así que supongo que por eso hablas pura mierda que te sale de esa boca.

-Lo siento, entiendo si después del embarazo, te quieras separar de mí -su labio comienza a temblar y baja su cabeza.

Niego y sostengo su mentón para que me mire.

-Debería de coserte la boca -trata de hablar, pero no se lo permito-. Eres preciosa, y estando o no estando embarazada, me seguirás gustando igual, ya cierra tu boca un rato.

-Lo dices como si fuese forzado y sin ganas.

Y tiene razón, lo dije como si fuese muy normal. Pero debería de saber que nunca me cansaría de ella por nada del mundo.

-No fue forzado, Dione -me separo de ella y me dirijo al espejo para terminar de arreglarme.

-Sí, sí lo fue. Si no tienes ganas de hablarme, no lo hagas y ya, Nicholas. Sólo me hace
sentir peor que me hables como si fuera una obligación...

-¡Estoy estresado! -estallo y veo como se sobresalta- Entre tus quejas, monitorear esta casa, tu embarazo, la empresa, y también esta jodida fiesta -cuento todo con mis dedos-... ¡es demasiado para mí, y no sé cómo controlarlo, porque sólo buscas sacarme de mis casillas...!

El futuro Heredero✔️  (BORRADOR).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora