CAPÍTULO DIECIOCHO

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Otro ambiente.

Dione

Nicholas no se levantaba de la cama. Por más que lo sacudí como un gusarapo, pidió como siempre los jodidos «cinco minutos más, piraña». Así que decidí bajar a desayunar y luego ir a la playa. No suelo entrar a las piscinas, el cloro siempre me tapa la nariz.

Lanzo el bolso de playa en la arena y me quito el pareo para mostrar los bellos atributos de mi cuerpo con un bikini negro, y no es necesario provocar, los ojos siempre se desvían donde no pueden ver.

-¡Señora Maxwell! -me volteo a donde proviene esa voz. Es Rafael, el chico que nos dio el paseo en el yate- ¡Saludos!

Sonrío simpáticamente.

-Hola, Rafael -él ofrece su mano para estrecharla con la mía y accedo al gesto-. Puedes llamarme Dione y tutearme, Maxwell es un poco formal y no toy' pa' formalidades -le hablo en español.

-Perfecto. ¿Y dónde ta' tu esposo? -se cruza de brazos- No me digas que anda de haragán.

Río por lo bajo.

-Que decirte... -me encojo de hombros- cuando duerme, siempre se queda como un ñame.

-Aquí en República Dominicana, ¿sabes cómo suelen despertar a los carajitos?

Me quedo un poco pensativa para recordar la palabra esa que siempre suelen usar aquí para los regaños. Finalmente recuerdo y humecto mis labios.

-¡Un boche! -asiente, divertido- Creo que tuve que usarlo con él, pero ese azaroso
-niego y suspiro-... siempre me da pique.

Suelta una risotada y me uno. Me gusta mucho la jerga dominicana, he visto que siempre inventan unos insultos bastantes originales.

-Aquí las parejas que más se insultan, más se quieren. Así que utede' estarán bien, son una pareja muy jevi por lo que he visto.

Sonrío por su halago.

-Gracias, moreno -nos chocamos las manos-. Coño, de tanto hablar con la jerga dominicana, ya me dieron ganas de mangú con salami.

-Eso siempre activa las energías, pero se necesita la dosis de arroz, habichuela y carne.

Suelto a reír otra vez y estoy por contestarle, pero justo siento unas manos en mi cintura y doy un respingo cuando veo Nicholas asesinar a Rafael con la mirada.

-¿Qué hacen? -me pega más hacia él.

-Eh... solo hablando, señor Maxwell -habla en inglés para que entienda-. Le estaba contando a la señora sobre -la mirada fulminante de Nicholas lo sigue incrustando-... ¿sabe qué? Olvídelo, sólo le pedí la hora
-ríe nervioso-. Nos vemos.

-Pase buenas -me despido sonriente y se va. Me volteo hacia Nicholas, me separo de él y le doy un manotazo-. ¿Pero qué mierda fue eso, Nicholas? Que falta de educación tratarlo así, ni siquiera lo saludaste.

-Él estaba coqueteándote -se coloca sus lentes-. Aunque estaban hablando español y no lo entienda, sé que lo estaba haciendo.

El futuro Heredero✔️  (BORRADOR).Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum