Capítulo 13

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Era una tonta, una verdadera tonta.

Ni siquiera esos estúpidos apuntes que había hecho le habían servido de algo… es que historia definitivamente no era para Vanesa.

Natalie durante la clase había estado intentado explicarle ciertas cosas que para la pelirroja parecían resultar estar escritas en chino.

—¡¿Qué?! —Nat bufó.

—Vamos, no es tan difícil. —Vanesa se golpeó la cabeza un par de veces y se acomodó como por séptima vez sobre la silla de la biblioteca.

El lugar apestaba a polvo y a libro viejo, lo detestaba.

—¿Por qué es necesario venir a la biblioteca a estudiar? —Preguntó Vanesa.

—Porque es el lugar más silencioso. En tu casa o en la mía de seguro no hacemos nada… y la verdad es que a mí no me importaría, porque me gusta y entiendo historia, lo hago por ti.

—No tengo caso. —Vanesa lloriqueó y resbaló lentamente por la silla, medio recostándose en ella. —Soy una estúpida… mi cerebro es demasiado lento y pequeño para entender este tipo de cosas. Sin contar… —Levantó el dedo, pensativa. —Sin contar la mala memoria que tengo. ¿Cómo puede entrarte todo esto? Con suerte pude aprenderme las tablas de multiplicar para la prueba de matemáticas, que por cierto, no trataba de eso. —Natalie se cruzó de brazos.

Estaba un poco harta del poco esfuerzo que su amiga estaba poniendo.

Entendía que le resultara difícil todo aquello, pero se suponía que debía seguir intentándolo. Claro… si es que no quería repetir el año.

—¿Problemas con… Historia? —Georg apareció por un lado, con un enorme libro entre los brazos.

A Vanesa se le revolvió el estómago de solo verlo.

—¿Vas a leer eso? ¿¡Acaso los profesores quieren matarnos!? —Georg rió, sentándose al lado de la chica.

Natalie no dijo nada, simplemente lo miró.

—La verdad es que… lo tomé por cuenta propia. —El castaño encogió débilmente los hombros. —Me gusta leer.

—¿Eh? —Vanesa volvió a acomodarse en la silla y le arrebató rápidamente el libro de las manos. —Georg, pero esto es… enorme—. Comenzó a ojearlo con la boca entre abierta, sin poder creérselo. —Y la letra. ¿Ves esa letra? ¡Pequeñísima!

—Odio leer libros pequeños. Todo sucede tan rápido… y así mismo, las letras se acaban. Me gusta disfrutar de una buena novela por mucho rato. Éstos son los libros que deberían hacernos leer aquí en la escuela. —Vanesa negó mientras le devolvía el libro al chico.

—Estás loco.

—Tal vez. —Georg observó los cuadernos que habían sobre la mesa y tomó el que se encontraba junto a Natalie.

Ella aún no podía hacerse esa idea de que el amigo del chico que le gustaba a su amiga se acercara a ellas por esa simple razón.

El amigo de Georg Listing ahora era amigo de Vanesa.

—Historia… No me gusta historia, pero ésta unidad es bastante divertida. —Vanesa rió.

—¿Qué?

—¿Estás loco?

—No más que Tom. —Georg rió, y Vanesa se sonrojó de la nada.

Odiaba que eso le estuviese sucediendo muy menudo, especialmente cuando hablaban de Tom o él mismo se aparecía de la nada.

Ya habían tenido esos momentos de silencios incómodos, en los que ella comenzaba a alucinar pequeñas escenas absurdas y cursis en  su cabeza y se sonrojaba de la nada. Tom siempre se preguntaba en qué pensaba cuando se quedaban callados.

—¿En dónde ésta? —Habló Natalie, por fin.

—Creí que te habían comido la lengua los ratones. —Georg ojeó su libro mientras la miraba directamente. Natalie se sintió cohibida.

—No tenía nada interesante que decir.

—Tom está por allá, buscando un libro… aquí puedes encontrar de todo, y su mamá le dijo que le llevara un libro de recetas para anotarlas, o eso creo. —Vanesa sonrió y se puso de pie dispuesta a ir por él y, claro, también para dejar a su amiga un momento a solas con Georg.

—Ya vengo… —La pelirroja se rascó el cuello mientras buscaba una escusa—. A mamá también le fascina cocinar, supongo que un libro de esos no le vendría mal… luego los invito a comer. —Le guiñó un ojo a su amiga y partió rumbo a los estantes.

Mi Nerd Favorito.Where stories live. Discover now