Revivir|The walking dead| Carl Grimes

Capitulo 50

Pasaron unas horas desde que el grupo se fue.

Temo porque nadie venga a atacar la iglesia porque en estos momentos no somos muchos los que podamos defenderla. 

Todos estábamos dentro de la oficina de Gabriel, algunos dormían o leían. Carl solo estaba sentado en el sofá mirando al techo. Últimamente había estado muy callado, o por lo menos no me había molestado en un largo rato, lo cual se me hace raro. Ya que la especialidad de los Grimes es molestar o fastidiar, Rick, por existir, Judith por ser bebé y claro el vaquero, por ser él mismo.

Me preocupa un poco.

Bob estaba acostado en un colchón en el suelo, hace horas empezó a delirar y decir cosas sin sentido. Yo solo intentaba ignorarlo.

Por otro lado, los gemelos estaban ambos sentados en el piso conversando, supongo que Dominick le está contando más a detalle que le paso, a su hermano.

Se escucho un estruendo, la puerta principal.

Todos nos levantamos al instante.

—Rick, Rick, Rick— era una voz de hombre. —¿dónde estás que no te veo? —Era Gareth. —Oh vamos, venimos en son de paz, queremos hablar. —Justo cuando el termino de hablar a Judith se le dio por despertarse y empezar a llorar.

—Cállala, cállala—Hablo Eugene apresurado, Gabriel no tuvo mejor idea que solo mecerla en sus brazos más rápido.

Carl tomo a su hermana en sus brazos y la calmo.

—¡Oh ya veo! — Volvió a hablar el caníbal, —¿jugamos a las escondidas? —Los pasos se escuchaban cada vez más cerca.

Mi mano empezó a temblar mientras sacaba el arma de mi cinturón y le quitaba el seguro.

Hace mucho no sentía esto en el pecho, ese presentimiento de que tendrás que quitar una vida para salvar la tuya. No me gustaba ese sentimiento.

Apunte a la puerta esperando a que fuera abierta por Gareth, pero no fue así, la puerta principal se volvió a abrir.

–¡Gareth! —grito el líder.

—Rick...Rick...Rick. —Luego de eso solo escuche un disparo que supongo venia de nuestra parte.

Escuché que hablaron un poco más pero no pude saber que era, solo escuchabas lloriqueos y suplicas. He aprendido muchas cosas estando con ellos, los conozco, y sé que Rick Grimes nunca se pondría de rodillas, ni tampoco suplicaría.

Iba a abrir la puerta cuando alguien la empujo cerrándola fuertemente y casi haciendo que caiga al suelo. —¡No la abran! — creo que fue Glenn.

Después de un rato me senté en el sofá mientras Carl caminaba en la habitación de un lado a otro con Judith en brazos.

Me paso a la bebé y habló—Ya está salgamos.

Quería detenerlo, pero una parte de mí también quería saber que había pasado.

Al salir había sangre por todos lados, en el piso, las paredes e incluso en los grandes mosaicos de vidrio. Luego mi mirada se dirigió a las personas. Gareth y cinco personas más estaban en el suelo, todos esparcidos por el piso del lugar.

Gareth tenía un hacha en el medio de la frente, y justo enfrente de su cadáver estaba nuestro líder, bañado en sangre.

Creo que nunca había visto tanta oscuridad en los ojos de una persona, como hoy en los ojos de Rick Grimes.

Sasha también tenía gotas de sangre en su cara y ropa, sostenía un tubo de metal en su mano que estaba cubierto de sangre, había un cuerpo de un hombre enfrente de ella. Abraham y Rosita al otro lado de la iglesia tenían sangre en su ropa, pero a diferencia de los anteriormente mencionados había arrepentimiento en sus ojos.

Y al final de la iglesia estaban Glenn, Maggie y Tara, con caras horrorizadas, aunque también estaban salpicados con sangre. Michonne era la que estaba más cerca de nosotros, tenía su katana en mano, también tenía mucha sangre.

Parecía una típica escena de terror, sangre por todos lados, cuerpos, armas, solo faltaba la música tenebrosa de fondo.

Carl corrió a su padre y se unieron en un amoroso abrazó.

Yo solo me quede congelada en mi lugar viendo lo todo con los ojos bien abiertos. Todos empezaron a hablar entre sí, pero yo no escuchaba nada solo veía las bocas moviéndose.

¿en qué momento nos convertimos en esto?

¿en qué momento el Rick Grimes que estaba dispuesto a compartir su prisión con el gobernador con tal de que nadie muriera, paso a esto?

¿en qué momento las amables personas que me aceptaron en su grupo cambiaron?

Sostuve a Judith con fuerza, y la aprete contra mi pecho. Que suerte que cuando sea grande no pueda recordar este momento, porque el resto de nosotros tendremos que vivir con ello por el resto de nuestras vidas.

Maggie se acercó a mí a toda prisa, parecía una autentica loca. Con el cabello despeinado, su cara muy sucia, y ni hablar de su ropa.

Pegue a Judith más a mí.

—Zara cariño—habló ella y me abrazó.

No la abracé de vuelta, pero tampoco me aparté.

Ella tomo mi cara entre sus manos y me sonrió. Los ojos me ardían y sentía mis mejillas heladas, tragué saliva y le sonreí como pude.