🪄Capitulo 8🪄

1.3K 170 7
                                    

Tardé unas horas en contarle todo lo que sabía sobre lo que me había pasado. Le hablé de Lestrange y de Crouch jr. De lo que me hizo el viejo demonio de apellido Avery y de los rituales que utilizaron conmigo.

No era mucho que no supieran ya, pero ayuda a cualquier caso que vayan a construir contra los que capturaron en el caso Lestrange.

Cuando terminé Amelia me miró para decir

"Gracias por contarme todo esto Aedan. Haré que esos animales reciban el beso por esto. ¿Creen que pueden hacer lo que quieran sólo por ser sangre pura? Entonces se merecen otra cosa". - (Amelia)

"Alastor, vuelve al ministerio y asegúrate de que acusen a los mortífagos capturados con los cargos correctos. No quiero que los juzguen simplemente porque son mortífagos, demasiados se están librando con la defensa Imperius". - (Amelia)

"Aedan, voy a comprobar con las matronas cuándo podrás volver conmigo. Ahora soy tu tutora, ya que soy tu pariente vivo más cercano, que está dispuesto y es capaz de mantenerte". - (Amelia)

Luego dijo mientras me miraba.

"Está bien tía Amelia. Estoy de acuerdo con ir contigo". - (Aedan)

Le respondí con una sonrisa.

"Siempre y cuando Sol venga conmigo" - (Aedan)

"¿El pájaro? Bueno, eso esta bien". - (Amelia)

Me contestó después de pensar un segundo. Ambos salieron de la habitación con un poco de prisa.

Al quedarme solo, decidí entrar en mi mente y estudiar esos recuerdos que me dio la matrona. Ella es sanadora desde hace mucho tiempo y no dudo que podría enseñarme muchas cosas revisando bien sus recuerdos esta vez.

Estaba centrando mi atención en algunos ejemplos de qué tipo de pociones se pueden utilizar para diferentes heridas, machos y accidentes hasta que oí hablar a la tía Amelia mientras abría la puerta.

"Dicen que no te pasa nada físicamente. Les preocupa tu salud mental por lo que has pasado, pero les he convencido de que salir de este lugar y estar con tu propia familia sería un mejor entorno para ti. que te den el alta y te recogeré mañana por la tarde, ¿vale? ". - (Amelia)

Dijo explicando lo que iba a pasar con respecto a mi estancia.

"De acuerdo tía Amelia, esperaré a que me recojas mañana". - (Aedan)

Respondí tratando de ser cortés.

"No hace falta que seas tan educado cuando estamos solos. Pero, tendré que irme pronto". - (Amelia)

Me dijo tratando de corregirme un poco.

Se acercó a mi cama, extendió sus brazos y me abrazó. Ese acto me dejó helado. Mis ojos empezaron a humedecerse. Debió sentir que mi cuerpo se ponía rígido porque me apretó un poco más. Intenté devolverle el abrazo, pero era como si mi cuerpo se resistiera.

Lo único que conseguí fue que mis brazos se levantaran mecánicamente e imitaran su acción. Sin embargo, en cuanto lo hice fue como si una presa se rompiera y seguí llorando.

Ella no dijo nada ni hizo nada más. Sólo me dejó llorar todo lo que necesita.

No sé cuánto tiempo estuve llorando, pero sé que me sentí más ligera después de hacerlo y muy cansada. La tía Amelia me soltó el abrazo y me recostó en la cama.

"Muy bien, ahora descansa un poco. Mañana vendré a recogerte. También te traeré ropa nueva para que no salgas del hospital con su bata". - (Amelia)

Harry Potter y el Ascenso del ProtectorDove le storie prendono vita. Scoprilo ora