🪄Capítulo 9🪄

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Lo que vi en el espejo fue bastante impactante para mí.

Primero vi mi pelo, que me llegaba hasta los hombros, desigual y dañado por no haber sido recortado ni cuidado adecuadamente durante más de 8 meses, pero lo que me impactó fue su color.

Era de un plateado claro, casi blanco, pero plateado al fin y al cabo, con algunos mechones de pelo dorado claro que parecían pequeños ríos de oro entre un océano de plata.

Entonces me fijé en mis ojos; con un iris dorado entretejido de rojo, parecido a una llama escondido en ellos, y con una forma felina y casi depredadora.

Mi piel era extremadamente pálida por mi prolongada ausencia de la luz del sol, pero blanca y suave casi como la de un recién nacido.

La única marca en mi piel era una ligera, limpia y recta cicatriz visible de un lado a otro donde fui acuchillado y cegado. Observé mi nuevo rostro desde todos los ángulos antes de notar que mis orejas también habían cambiado un poco, se habían vuelto un poco más puntiagudas de lo que se suele ver, no como las de los elfos domésticos, sino como las de las hojas.

'¿Por qué parece que a la Dama Muerte le gusta El Señor de los Anillos ahora mismo?' – (Aedan)

Pensé después de mirarme bien.

Aparté mis pensamientos y procedí a quitarme el traje que me habían impuesto en el hospital. Después de quitarme la camiseta, me miré el pecho desnudo en el espejo.

Como esperaba, había una gran cicatriz justo encima de donde debería estar mi corazón, algunas partes parecían de la puñalada, pero la mayor parte era de las amas después de que el huevo de Sol se metiera en él.

Me di cuenta de que, aparte de las cicatrices en mis muñecas y algunas en lugares de mis bíceps y antebrazos, el resto de los lugares donde el demonio me rebanó no parecían haber dejado cicatrices.

Empecé a escudriñar mi cuerpo para ver que tenía algunos músculos ligeros, lo cual es impresionante si se piensa en mi edad, pero también pude ver mis costillas con bastante claridad, mostrando los signos de haber estado desnutrido durante mi secuestro.

Dejé de mirarme, me puse el pijama y me metí en la cama. Lo único que pude decir cuando mi cuerpo estuvo finalmente en ella fue que se sentía celestial.

Tan suave y complaciente, con la temperatura y la resistencia justas.

Tenía que estar encantada porque nunca había dormido en algo tan perfecto. Giré la cabeza y vi a Sol poniéndose cómoda en una de las almohadas junto a mi cabeza.

"Buenas noches Sol. Te veré por la mañana". – (Aedan)

Con un arrullo feliz como respuesta cerré los ojos y me fui hacia el país de los sueños.

El único problema era que el país de los sueños parecía querer empujarme a algunos recuerdos desagradables. No dejaba de pensar en mi tiempo de cautiverio.

De cuando me rebanaron los ojos o me apuñalaron en el pecho mientras no podía ver. Seguía retorciéndome en el sueño, sudando y respirando con dificultad, sin poder despertarme y todavía obligado a tener las pesadillas.

Hasta que de repente vi una pequeña luz que se acercaba a mí. Era cálida y suave, alejando de mí esos malos recuerdos. Miré a mi alrededor y finalmente se dirigió a mi pecho, donde estaba mi cicatriz.

'Gracias Sol' – (Aedan)

Pensé mientras podía relajarme y dormir tranquilamente.

..

Harry Potter y el Ascenso del ProtectorWhere stories live. Discover now