Harry Potter y el Ascenso del Protector

🪄Capítulo 10🪄

Hace dos años que me acogió mi tía. Ahora tengo 7 años. He crecido y me he hecho bastante grande gracias a que he podido comer lo suficiente y a mis constantes ejercicios, ahora mido 4'6 (y sí, me mantengo en ello, nunca se sabe cuándo un cuerpo bien entrenado será útil).

Mi pelo ha crecido conmigo hasta detenerse alrededor de los omóplatos, pero ahora está bien arreglado y es tan suave que he oído la tía Amelia probar la justicia.

En los últimos dos años han ocurrido tres grandes noticias en la familia.

La primera ocurrió a los seis meses de mi estancia en la casa de los Bones. Fue cuando se iba a celebrar el juicio contra los responsables de mi encarcelamiento y tortura.

Mi tía encabezaba el juicio y había reunido suficientes pruebas como para "hacer que la mitad de los dementores de Azkaban les dieran el beso de una vez", según sus palabras.

Sólo había un problema: el actual brujo jefe del Wizengamot, Albus Percival Wulfric Brian Dumbledore. Se equivocó en el juicio como si no fuera nada. Lo primero que hizo fue apartar a mi tía del proceso, la razón para ello fue, aparentemente, que estaba "demasiado involucrada en el caso y en las víctimas como para permitir un juicio 'justo'".

Déjenme decirles que sólo la he visto tan enfurecida dos veces en mi estancia con ella. La segunda vez fue unos días después y se anunció el veredicto: 20 años de prisión en Azkaban para un tal Ignacius Avery, declarando que debido a su edad era poco probable que lo cumpliera en su totalidad.

Estaba lívida por eso, y se pasó toda la noche bebiendo mientras se quejaba de Dumbledore y su estúpida ideología de dar a los peores criminales de la historia moderna una "segunda oportunidad" para corregirse.

'Más vale que ese viejo demonio se muera en ese lugar, porque si se escapa con Él-que-no-puedo-tomar-en-serio lo haré sentir como unas malditas vacaciones' – (Aedan)

Pensé mientras mis ojos brillaban con determinación ante el pensamiento.

El segundo acontecimiento importante fue cuando cumplí seis años y recibí un regalo inesperado por mi cumpleaños. Además, fue un cumpleaños muy bonito.

El comedor estaba muy bien decorado con letras flotantes que decían "feliz cumpleaños", los "ying recrackers" bailaban por la habitación y una tarta de aspecto delicioso estaba sobre la mesa esperando a ser cortada y comida.

Sólo estábamos Susan, Amelia, Tilly y yo, pero eso era suficiente para mí porque me sentía cálida y no podía evitar que se me dibujara una sonrisa tonta en la cara. Incluso conseguimos convencer a Tilly para que comiera la tarta con nosotros, lo que fue mucho más difícil de lo que parece, ya que no paraba de llorar como si fuera el mayor honor del mundo para ella.

En cuanto a los regalos fue genial: La tía Amelia me regaló un libro formal de Oclumancia para ayudarme a aprender el sistema establecido, también me regaló unos caramelos de mago de parte de Susan, Tilly me entregó unas túnicas increíblemente bien hechas para usar en interiores e incluso Sol, que había crecido hasta su tamaño completo (y déjenme decirles que fue divertido y a la vez aterrador cuando la tía Amelia se dio cuenta de que era un Fénix), me regaló una de sus plumas de Corazón, lo cual agradecí inmediatamente e hice que Tilly la guardara adecuadamente.

Lo que hizo que este evento fuera especial fue cuando llegó un paquete por lechuza casi al final de las celebraciones con un remitente que no es demasiado popular en esta casa: Dumbledore. Parecía que el paquete era para mí, pero miré a Amelia mientras su cara perdía la emoción y sólo cuando asintió lo abrí con cuidado.

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'Querido señor Bones, Sé que tal vez no tenga muchos sentimientos positivos hacia mí debido a los resultados del juicio de Avery, pero he escuchado de un colega mío que usted posee una habilidad muy particular. Lo he discutido con un viejo amigo y hemos encontrado lo que creo que es una solución perfecta, ya que usted puede recuperar su habilidad.