🪄Capítulo 14🪄

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Fue emocionante conseguir por fin mi propia varita, lo que me acompañará en mi camino como mago. La herramienta con la que crearé una magia cada vez mejor.

Me pasé el siguiente mes y medio hojeando mis libros de texto. Cada amuleto, gafe y maldición que podía aprender, lo dominaba con la varita y luego lo entrenaba sin varita.

Se siente muy bien progresar en algo obviamente mágico. Ésa es la razón principal por la que me interesé tanto por las pociones y la herbología, ya que era algo diferente, parecido a la fantasía, y podía aprenderlo. La tía Amelia se enfadó un poco conmigo por hacer algún hechizo en la casa, así que tuve que poner unos muñecos fuera y practicar con ellos.

Aparte de las cosas de la escuela, he aprendido algunos trucos para fiestas, como cambiar el color del pelo, hacer algunos petardos controlables y algunas bromas aquí y allá.

A Susan le gustó mucho cuando hice un montón de aviones de papel y los puse a volar en el patio trasero. También le gustó cuando monté un pequeño espectáculo de marionetas con Tilly, cada una de nosotras animando una marioneta, pero ella era mucho mejor que yo en esto.

Aunque me ayuda a trabajar en mi control, no me avergüenza matar dos pájaros de un tiro. Por mucho que quiera hacerme más fuerte y aprender más sobre la magia, lo que más me importa es mi pequeña familia.

La tía Amelia empezó a sacarnos durante los fines de semana de mis dos últimas semanas en casa. Aunque es una bruja de sangre pura, fue muy buena amiga de mi madre cuando eran más jóvenes y, a través de ella, le enseñaron cómo funcionaba el mundo muggle. Por eso nos llevó a las dos al lado muggle de las cosas, como un parque de atracciones, que a Susan le encantaba y le encantaba.

Fue un par de semanas.

El 1 de septiembre de 1988.

"Muy bien, Aedan, ¡es hora de irse! El coche está aquí!" – (Amelia)

Oigo gritar a la tía Amelia desde el piso de abajo. Tengo mi baúl en forma de collar, a Artemisa en su jaula, la varita y el cuchillo en cada brazo y mis gafas puestas.

"Podrías haber hecho que Tilly me llevara allí en el autobús de los caballeros, tía Amelia, sé lo ocupada que estás". – (Aedan)

"No digas esas cosas. Mi sobrino va a ir a Hogwarts, puedo sacar tiempo para eso todos los años". – (Amelia)

"¿Tienes que ir? Realmente no quiero que lo hagas?" – (Susan)

Dijo con los ojos llorosos.

"Sí. Te voy a extrañar mucho Susan, pero esto es algo que toda bruja y mago tiene que hacer. Y en tres años te unirás a mí allá también". – (Aedan)

Dije suavemente mientras bajaba a su nivel.

"¡Entonces tienes que escribir mucho!" – (Susan)

"Lo prometo". – (Aedan)

Prometí mientras le despeinaba un poco el pelo.

"Muy bien, vamos niños". – (Amelia)

Cortó Amelia mientras nos empujaba hacia la puerta. Nos subimos a uno de los coches mejorados del ministerio, que era un Bentley S2 negro de 1960, clásico coche británico, con los cristales tintados, el interior ampliado y reformado. Perfecto para que cualquier oficial del ministerio se mueva por el lado muggle.

Susan se sentó a mi lado y Amelia se acercó al conductor para decirle que podía llevar. Mi prima/hermana pequeña es muy mona ya que su pelo castaño se balancea con la cabeza cuando intenta mirar todo lo que nos rodea. Mi tía y yo nos limitamos a mirarla con una sonrisa.

Harry Potter y el Ascenso del ProtectorWhere stories live. Discover now