~Save your tears~

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Los días avanzaban y al parecer Mahito no pensaba en dejar de jugar, había días que él catalogaba como "especiales". Esperaba a Yuuji en la entrada de la escuela y ambos se ausentaban durante toda la tarde y noche yendo de fiesta a bares lujosos, cenas con amigos del millonario donde Itadori no hacía más que verse lindo y sonreír de esos extraños chistes.

Itadori podía soportar aquello, no sería la primera vez que lo hacía, de hecho, en el pasado muchas personas contrataban sus servicios de compañía solo para ir con ellos a escoger la ropa que usarían en algún evento o escucharlos hablar de sus problemas, algunas mujeres lo presumían como su novio y nada más. Pero lo que más le molestaba era que Mahito se comportará como si todo estuviera bien, el gesto de siempre preguntarle a Yuuji por su día, el trabajo y los amigos, aunque sus respuestas eran cortas siempre encontraba la manera de hacerlo hablar y así escucharlo atentamente. Desde hace una semana que a su departamento llegaban flores diariamente, Itadori por un momento pensó que se trataría de un detalle de Satoru pero no, la tarjeta siempre le deseaba un buen día por parte de Mahito. Las habitaciones no solo eran adornadas de esos bellos colores si no también de encantadoras fragancias.
Antes de cualquier evento al que tuvieran que ir Mahito se encargaba de llevarlo a comer y comprar las cosas que ambos usarían, Itadori siempre se negaba a ello pero se había agregado una nueva regla a su "relación" y era que Yuuji no podía usar nada que proviniera de Satoru lo que incluía ropa, zapatos, accesorios, etc.

Su última salida fue un fin de semana completo en Las Vegas donde Mahito apostó como loco, Itadori había salido con la excusa de un viaje de negocios con los Zenin quienes afortunadamente estaban en Boston, demasiado lejos como para que alguien sospechara algo.

Su regreso en el avión fue bastante tranquilo, Yuuji llevaba maletas de ropa que seguramente vendería o regalaría, no pensaba usar nada. Al llegar al areopuerto Mahito se encargó de llevarlo hasta su departamento, manejaba un hermoso lambo rojo, era de las personas que tenian dinero y no les importaba desperdiciarlo en lujos innecesarios.

-¿Te divertiste? -Preguntó sin quitar la mirada del camino, vestia un pants negro a conjunto y su largo cabello se recogía en una coleta perfectamente hecha gracias a que Yuuji lo peinaba en algunas ocasiones.

-Bastante.

-Dime la verdad.

-Fue algo nuevo, nunca había ido.

-Bien, me alegra seguir teniendo tus primeras veces para mi -Con una risa rápida- Tendré que ocuparme de unas cosas toda esta semana así que tienes tu agenda libre.

-¿En serio?

-No es que quiera pero hay asuntos que no se pueden posponer -Estacionando frente al edificio- Me aseguraré de no darte problemas así que disfruta estos días sin mi -Itadori solo lo miraba sin saber que responder- ¿Estás triste? -Acercando su mano a la mejilla del chico el cual en un reflejo se alejó unos centímetros pero se forzó a quedarse quieto. Pudo sentir el frío tacto del chico en su rostro.

-¿Tú qué crees?

-Lamento que sea por mi culpa ¿Qué puedo hacer para que ya no te sientas así? -Le hablaba con una calidez que en verdad parecía estar arrepentido por todo, Yuuji no sabía que odiaba más, tener que fingir que no pasaba nada o el hecho de sentir que Mahito realmente podía cambiar.

-¿Por qué haces esto?

-¿Esto qué? -Sonreía sutilmente mientras seguía acariciando a Yuuji.

-Actuar como si de verdad fuéramos algo -Mahito se detuvo y regresó a su asiento sin dejar de mirarlo.

-Es parte de la magia ¿Preferirías que siempre fuera malo contigo?

-No me refiero a eso. Mahito -En un tono cansado- ¿Por qué yo? Me he dado cuenta que las personas matarían por estar contigo ¿No es mejor estar con alguno de ellos? -Yuuji ni siquiera estaba molesto, su tono era en completo cansancio y resignado ante la situación.

My Sugar Daddy [Goyuu] Where stories live. Discover now