~Moral of the story~

910 85 37
                                    

¿Cuánto tiempo había pasado? ¿Un mes? Tal vez dos, la verdad es que prefería no contar los días. Me guiaba por el cambio de color en las hojas de los árboles, el verano pasó ante mis ojos tan rápido que ni siquiera noté cuando el otoño llegó para asombrarnos con sus colores cálidos. Después de hablar con Satoru enfermé durante un tiempo, al parecer tanto estrés me había llevado a tener problemas gástricos, no me sorprendió en absoluto, había días donde mi única comida era algún tipo de fruta o comida chatarra. No estuve solo en ningún momento, tanto Sukuna como Megumi se ocuparon de mí, claramente exageraban todo, no tenía más que úlceras gástricas que podía solucionar con medicamento y una buena dieta, aunque al inicio se volvieron un inconveniente y se me complicaba incluso el moverme en la cama, ahora estoy de maravilla. No había notado la pérdida de peso, ahora de nuevo me encuentro dentro de lo que necesito y me siento mucho mejor, he dormido más y mi productividad en el trabajo aumentó.

Mis amigos se sorprendieron cuando les di la noticia, pero entendieron el asunto y no hicieron preguntas de más. No he dejado la terapia, hace poco tocamos el tema de la violación, realmente no recuerdo casi nada de eso, no sé si sea por la edad que tenía o simplemente mi cerebro decidió bloquear ese recuerdo pero por mi está bien, no hay nadie más que lo sepa aparte de mis hermanos y la psicóloga… bueno, y ahora tú.  ¿Te estoy abrumando con tanto? —Preguntó entre risas nerviosas.

-Para nada —Respondió el pelinegro después de tomar un sorbo en su taza de café— Gracias por tenerme la confianza para contármelo.

Aunque su semblante por fuera era una sonrisa empática, por dentro se encontraba calculando todo para encontrar al desgraciado.

-No me había dado cuenta de lo mucho que me estaba afectando todo lo que pasaba. Estoy feliz por volver a enfocarme en mi pero siendo sincero, lo extraño como loco —Yuuji apretaba la palma de sus manos contra la taza a medida de calentarlas un poco.

-¿Has hablado con él?

-Si, de vez en cuando nos mandamos mensajes o nos llamamos en nuestros ratos libres, como siempre, hay tanto que hablar que duramos horas. Él también se está esforzando, son cambios sutiles pero me doy cuenta de ellos.

-¿No te ha presionado para que le des una respuesta?

-Para nada, respeta mi espacio y lo entiende, ha buscado la manera de ser más comprensivo y sincero, de hecho, hace poco me pidió vernos en persona, me dijo que tenía algo muy importante que decirme antes de decidir algo.

Toji tragó saliva, a pesar de todos los avances que Gojo ha tenido le seguía  preocupando.

-¿Piensas aceptar?

-Tengo una idea de lo que se puede tratar, mentiría si dijera que no estoy ansioso —Moviendo la punta de sus pies de arriba a abajo— pero estoy dispuesto a escucharlo  yo también quiero ser sincero con él. 

-¿Qué pasará con Mahito?

-Bueno, claro que me buscó un par de veces pero de alguna manera logré evitarlo.

-Después de hoy ya no habrá nada que te mantenga atado a él, me preocupa que vaya a intentar algo.

-La última vez que nos vimos hablamos un poco y dudo que lo haga, pero sigo estando nervioso. Quiero aclarar las cosas, espero tener la suficiente fuerza para terminarlo todo y ser sincero con quienes lo merecen.

Toji se acercó para dar unas palmadas en su espalda. Había conocido a Yuuji en sus peores momentos y lo llenaba de alegría verlo mejorar y sobre todo, ser parte de ello, se preguntaba si hubiera actuado de la misma forma con Megumi su relación sería mejor. Tampoco era como si ahora se odiaran, ambos avanzaron bastante y aunque los dos sabían que no había forma de cambiar el pasado se concentraban más en disfrutar de la compañía del otro en el presente, Megumi no lo aceptaría tan fácilmente pero le hacía feliz finalmente tener algo como padre e hijo.

My Sugar Daddy [Goyuu] Where stories live. Discover now