Oh~ Boy [Tokio Revengers]

07

Luego de que los invitados se fueran Yuta cerro la puerta con llave y siguió con las tareas del hogar, solamente le quedaban por limpiar la habitación de su hermana, que sería un desastre, y la suya.

Solo le basto una 1 hora para terminar de limpiar y al ya haber terminado se desplomó tranquilamente en el sofá, por fin había terminado de hacer todos los quehaceres de la casa dando paso a el comienzo de su fin de semana. Tomo su teléfono de la mesita que se ubicaba a un lado del sofá y empezó a revisar los mensajes, eran puros mensajes de "conocidos" que no tenían importancia, solo uno le interesó y al cual contesto, por lo menos ahora tenía algo que hacer en la noche.

Kotobuki Ran siempre sería la chica anime favorita de Yuta nunca podrían hacerlo cambiar de opinión, si ella fuera real Yuta le pediría que le pediría una foto e un autógrafo sin dudarlo dos veces.

Cuando Yuta termino de ver el pequeño maratón de su anime favorito eran las 14:00, por ese maratón se había olvidado de preparar el almuerzo así que simplemente se preparó una sopa instantánea que tenía guardada por ahí.
Su hermana pasaría el fin de semana en casa de su padre y eso significaba que tendría la casa sola hasta nuevo aviso.

Mientras comía le mando un mensaje a su mejor amiga para que lo acompañará al hospital, mensaje que fue contestado enseguida.

Hija de atenea:

|¿Me acompañarias más
tarde al hospital?.|

|Porque vas a ir al
hospital y por qué tengo que acompañarte ?|

|Tsumiko-san está internada
y quiero ir a verla.|

|Que?! Pero porque está
internada?!|

|Te lo cuento cuando
luego.|

|Está bien.|

|Nos vemos más tarde|

Todavía le quedaban 2 horas entes de que Mikan viniera lo que significaba que tendría tiempo para ver algunos episodio más.

°°°

En la silenciosa casa se pudo escuchar la puerta ser abierta y una joven pelirosa entro por ella con suma calma y con una mochila en su espalda, dejo la mochila en una silla cualquiera que pertenecía al comedor y empezó a subir las escaleras para dirigirse a la habitación de su mejor amigo, que conociéndolo estaría haciendo un maratón anime. Se acercó con cautela por detrás y...

–Boooo– ante su intento de asustarlo y no lograrlo la pelirosa solo pudo soltar un suspiro de resignación

–¿Que intentabas hacer?–

–Asustarte, enserio tienes ojos en la espalda ¿O qué?–

–No... Eso sería raro, simplemente escuché como abrir la puerta– dijo con obviedad en su voz el pelinegro.

–¿La de la entrada? Hombre que orejas de caballo que tienes–

–¿Eres tonta o algo así? Obviamente estoy hablando de la puerta de mí cuarto, como si pudiera escuchar la puerta de la entrada–

–Yo creo que sería posible, cuando llegue estaba todo en silencio y sin mencionar que tienes buen oído–

–Aunque esté todo en silencio en la mayor parte de la casa, estaba viendo anime con el volumen bastante alto sería imposible que escuchará la puerta de la entrada–

–Esta bien tu ganas–dijo la pelirosa resignada–¿Nos vamos?–

°°°

El dúo llego al hospital luego de unos cuantos minutos y después de pasar por una florería cerca del hospital.

A diferencia de su mejor amiga, la cual detestaba los hospitales, a Yuta le gustaban, de hecho era bastante conocido en el lugar debido a que ese lugar había sido su casa la mayor parte de su infancia, los doctores, enfermeras y el personal lo conocían bastante debido a sus frecuentes visitas que sin duda alegraban al personal y a los niños a los cuales visitaba.

–Señores Sumiko- saludo la pelirosa seguida de su amigo.

–¿De qué conocen a mí hija?–pregunto bruscamente el hombre.

–Esposo no seas descortés con los niños– le regaño su esposa– Disculpenlo, estamos bastantes conmocionados con lo que pasó. Si no es molestia ¿Podrían decirnos de que conocen a nuestra hija?–

–Es nuestra compañera, nos enteramos de lo ocurrido y quisimos venir a visitarla– habló el pelinegro.

–Me alegro que nuestra pequeña tenga buenos compañeros– ambos jóvenes pudieron notar que a la mujer afligida por toda la situación–Enserio lamento mucho la falta de respeto por parte de mí esposo–

–No tiene porque disculparse, sabemos que es difícil para ustedes toda esta situación– dijo el peligro.

–Exacto–siguió la pelirosa– Si necesitan algo no duden en decírnoslo, ayudaremos en lo que podamos–

–Gracias, de verdad muchas gracias–

–¿Cual es su estado?–pregunto Yuta.

–Gracias a Dios está estable–

–Los desgraciados que le hicieron eso a mí pequeña lo pagarán– el hombre, que no había hablado desde la pregunta inicial, finalmente entro a la conversación.

–Los de Mobius son unos bastardos –agrego la pelirosa.

–¿Los de Mobius?–pregunto desconcertado el hombre.

–Si, ellos fueron los que atacaron y todo por un estúpido conflicto con la Toman– Karin se dio cuenta bastante tarde de la metida de pata.

Ante lo dicho por la pelirosa el ambiente decayó, todo se sumó en un silencio fúnebre y sin previo aviso el hombre agarró a la joven del cuello de la remera exigiendo que le dijera lo que sabía.

Yuta empujó al hombre y lo apartó de la pelirosa haciendo que está se resguardara detrás de el; la esposa del hombre sostuvo a su esposo evitanto que intentará ir contra ellos

No era muy difícil deducir que la investigación policial, que seguramente todavía estaba en proceso, no había dado con los culpables o simplemente no lo habían dicho todo hacer a del caso.

–¡No la toque!–

–¡EXIJO SABER QUIEN MIERDA LE HIZO ESO A MI HIJA–

–¡Aunque quiera saber no tiene ningún derecho a tratar así a mí amiga–

–¡ES MI HIJA LA QUE ESTA EN ESA CAJA CONECTADA A ESOS CABLES, TENGO EL DERECHO A SABER LO QUE QUIERA!–

Los fuertes fritos del hombre hicieron que tanto las enfermeras como los practicantes  que pasaban intentarán parar las discusiones de los dos, cosa que lograron luego de amenazarlos con echarlos del hospital.

Yuta sin alternativa le contó a los esposos de Mobius, del conflicto sin mencionar nombres y de lo que le pasó a la familia del novio de su hija.

•••

Por fin apareció Karin ¿Que les pareció?

Solo voy a decir que la relación de Yuta y Karin es una con bastante sarcasmo e ironía, además que Karin es una boca floja y eso nadie lo puede negar