Mr. American & The Heartbreak Prince | fanfic buddie [AU]

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No recordaba haber dejado abierta la misma, pero estaba a nada de ir a cerrarla para evitar que entrará, pero muy en mi interior deseaba que Eddie estuviera ahí consolandome, por lo que en su lugar corrí a él para ayudarle a entrar.

Tomé sus manos y lo ayude a entrar, sin embargo una vez tuvo medio cuerpo dentro, la gravedad actuó y juntos caímos al suelo. Él había tenido la suerte de caer encima de mí con sus labios cercanos a los míos casi besándolos.

No quería reír, quería mantener mi estado de enojo por no corresponder luego de pedirme que no viva una mentira, pero fue inevitable soltar una carcajada ante la graciosa e incómoda situación que vivíamos.

—¿Escalaste los muros de la Casa Blanca al estilo Spiderman? —pregunté entre risas, ante lo que Eddie sin parar de reír asintió con la cabeza, afirmando que sí lo había hecho—. Apuesto a que los muros ya no son tan blancos

—La realidad es que use una escalera para no manchar, pero realmente quería subir al estilo Rapunzel —respondió mientras se dejaba caer a lado mío, su cabeza azotó de manera ruda en el suelo, sonó doloroso, pero el se rió, supongo para anestesiar el dolor

Aquello me hizo reír, no entendía como Eddie era un hombre con un bebé interno que no podía evitar no amar, encima el acto de escalar hasta mi habitación para arreglar las cosas me pareció demasiado lindo, supongo que es porque nunca nadie había hecho algo así por mí, ni esperaba que lo hicieran, pero me lleve una linda sorpresa cuando él se estaba esforzando para reparar lo que había hecho que incluso olvide porque estaba molesto.

Su simple presencia ya me daba millones de mariposas en mi estómago revoloteando en las paredes de mi interior de una manera incontrolable. Él es suficiente para calmar mi enojo y furia que puedo sentir, porque él es calma y paz para mí.

Lentamente volteé a verlo, él miraba el techo con una sonrisa en el rostro como remanente de la risa que había atacado anteriormente, la luz golpeaba su rostro de una manera comparable a lo angelical, de esa manera me era admirable ver su perfil que era tan inalcanzable como la perfección divina. En el momento en el que me atrapó mirándolo fue como aquellas primeras veces en que apenas sabía que me gustaba, me comencé a ahogar en los nervios que me generaba su presencia.

Intenté retirar mi mirada volteando también al techo, pero fue inútil, pues tomó mi rostro y con una de sus manos lo volteó para que viera directamente sus ojos. Mi respiración comenzó a ser agitada y la suya se notaba de la misma forma, el nervio estaba apoderado de su rostro aún cuando intentaba verse seguro. Comenzó a acercarse lentamente hacia mí intentando besarme y no puse ninguna resistencia, hasta que nuestros labios se juntaron.

Dejándome llevar por el momento me puse encima de él atrapando su cuerpo recostado en el suelo entre mis piernas sin separar mis labios de los suyos.

Mis manos acariciaron su pecho sintiendo sus latidos así como su respiración, era la sensación perfecta, sentir ese latido como si se tratará del beat de una canción bailable ante lo acelerado que estaba. Los besos cada vez eran más calientes por lo que poco a poco fui desabrochando los botones de su camisa, comencé desde arriba y solo logré desabotonar 3, ya que rápidamente me detuvo.

—Espera ¿estás seguro? —preguntó acomodándose sobre sus codos.

—Si no lo estuviera ni siquiera hubiera venido aquí —respondí regresando a sus labios y mis manos, a sus botones.

—Bueno, te seguiré solo porque quiero hacer esto desde que te vi dándonos la bienvenida a mi y a mi hijo en las puertas del palacio —dijo mientras me besaba sin borrar la sonrisa de sus labios.

Una vez termine con todos los botones de su camisa blanca la retire de su torso para lanzarla al suelo, luego el comenzó a desvestirme, sin embargo intervine abrazándolo, mis manos se posaron en su cadera, mis labios se enterraron en su cuello y mi respiración agitada ventilaba una zona cercana donde mis besos.