Capítulo 2 (Parte 1)

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Megan subió de inmediato a su habitación, se puso su pijama y se tiró a su cama, mirando el techo, con su celular al lado. Sabía que había llegado el momento de revisar aquel mensaje que le había llegado mientras estaba en el taxi y sentía su corazón latir muy de prisa.

¿Se puede enamorar uno a primera vista?...

Respiró hondo, y desbloqueó su celular para leer aquel mensaje.

—Hola—. Decía aquel mensaje.

—Hola, ¿Y tú eres?.

—Soy el chico que conociste hoy afuera de los baños.

—Por lo visto tu amigo te dio bien mi número.

—Sí, ¿Cómo te llamas? Te pregunté, pero no me lo dijiste.

En ese momento se puso tan roja, recordó lo nerviosa que se puso cuando le tocó el hombro y le preguntó cómo se llamaba.

—Megan.

—Listo, ya no te tengo agregada como "Chica del baño".

No pudo evitar reír al leer eso.

—En hora buena te dije mi nombre entonces, también te voy a agendar.

—Pero si todavía no te he dicho mi nombre.

Se sintió desmayar, no quería explicar que al estar detrás de la puerta del baño escuchó toda la conversación que él había tenido con Samuel.

—Es que escuché tu nombre cuando tu amigo te llamó por aquel y en realidad tu amigo habló muy fuerte, así que supuse que aún seguías afuera del baño, ¿Estabas esperándome?.

Adrián sintió que su corazón se le salía en ese momento.

—Sí, es que quería hablar contigo, disculpa si te hice sentir incómoda.

—Disculpa, no soy tan sociable que digamos.

—Descuida, ¿Cuántos años tienes?.

—19, ¿Y tú?.

—22, ¿Qué harás mañana?.

—Estudiar, ¿Por qué?.

—Te quería preguntar si quieres salir conmigo, ya sabes, como amigos, podemos ir al cine, o al parque, como quieras, te invito a cenar.

—Mañana no puedo, pero el viernes estoy libre como a las 5.

—¿Nos vemos a las 5:30?.

—¿Dónde?.

—Afuera del baño del centro comercial.

—¿Estás de broma, no?.

—No, ¿Ahí nos conocimos, no?, no tuvimos oportunidad de intercambiar tantas palabras, ahora nos veremos ahí nuevamente, pero está vez será diferente.

—Suena lógico, bueno, ahí nos vemos entonces. Ya debo dormir, buenas noches.

—Buenas noches, Megan.

Apagó la pantalla de su celular al revisar aquel último mensaje, y no puedo evitar dormir feliz.

Muy f e l i z.

¿Conocen ese sentimiento?...

Al día siguiente...

—Megan, levántate ya, no quiero que llegues tarde a la universidad, ya van a ser las seis y media de la mañana ¿A qué hora piensas ir?—. Pronunció un poco molesta Rebeca detrás de la puerta de su habitación.

Rebeca era su mamá.

Al escuchar que ya iban a ser las seis y media se levantó de golpe, ella siempre se levantaba a las seis, pero se había quedado dormida porque se acostó tarde por hablar con cierto chico.

EN OTRA VIDAWhere stories live. Discover now