Capítulo 24 (Parte 1)

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8 meses y medio después...

Era el último día en la casa de Fran, todos esos meses que habían pasado la habían ayudado a sentirse mejor, no del todo, pero había habido una mejora en su salud.

Aunque el sentimiento de vacío nunca se fue, pero debía seguir adelante.

Estaba muy agradecida con Fran, por haber hecho todo eso por ella, en todos esos meses siempre fue comprensivo y paciente, nunca fue indiferente a su dolor, por siempre estaría en deuda con él. Desde su primer día de estadía fue muy atento, trataba de pasar la mayoría del tiempo con ella, pese a su trabajo, sabía que estaba triste y no podía estar sola. Varias veces Megan se quedaba toda la noche despierta llorando, y Fran estaba ahí con ella, ayudándola a salir adelante, para que no se pierda a sí misma, pero el hecho de estar lejos de todo lo que le recordaba a Adrián, ayudaba, Fran le sacaba a pasear para que conociera lugares y despeje su mente, incluso le ayudó a encontrar un trabajo en una guardería.

Pero ya por fin el día de volver a casa había llegado, sentía que ya podía volver, quería retomar sus estudios, incluso ya hace un mes que tenía celular, todo era un nuevo comienzo para ella. También había tomado terapia con un nuevo psicólogo, de igual modo también le recetó ciertos medicamentos, se podría decir que este psicólogo ayudó un poco más.

Le causaba tristeza que su mamá no se haya tratado de comunicar con ella en esos ocho meses transcurridos. Seguía de indiferente, pero supuso que ya tenía que acostumbrarse a ello.

El día de hoy volvería, quería llegar de sorpresa, no le había dicho nada a su mamá, quería ver qué reacción tenía al verla en casa después de meses sin verse. En parte también quería volver porque sentía que ya había estado muchos meses en casa de Fran, y ahora ya se sentía con más fuerzas para volver a sus estudios. Incluso pensaba que quizá su mamá también la había echado de menos, total, ella sabía que no podía vivir siempre escapando de Adrián, debía aprender a verlo sin que le duela.

Megan ya tenía todas sus cosas listas, su viaje salía a las ocho de la mañana, aún eran las seis y media. Así que desayunó junto con su primo, conversaron, tanto que el reloj ya marcaba las siete, ya debía ir saliendo para poder llegar antes a la estación de bus y no perder el viaje.

-Bien, ya es momento de irme-. Dijo Megan levantándose del sofá con una pequeña sonrisa en el rostro.

Fran estaba sentado frente a ella, y cuando se puso de pie el procedió a hacer lo mismo.

-Te voy a extrañar-. Con un poco de melancolía en su rostro.

Megan hizo el mismo gesto y se acercó para abrazarlo.

-Gracias por todo el apoyo, no sé qué hubiera sido de mí sin tu ayuda. Por siempre voy a estar en deuda contigo.

-Siempre va a ser un placer para mí ayudarte, Megan, creo que esta demás decir que puedes volver cuando quieras, las puertas de mi casa siempre van a estar abiertas para ti.

-Lo sé -Asintió- y estoy muy agradecida por eso-. Tocando su corazón.

-Respeto tu decisión de irte y también sé que aún no estás del todo bien, sigamos en contacto, puedes llamarme cuando sea.

-Estaremos en contacto cada día, espero sentirme mejor, sé que poco a poco así será.

Mintió.

En el fondo sabía que no iba a poder estarlo.

-Sí, quiero verte feliz, quiero ver en ti aquella Megan alegre.

-Seré fuerte.

-¿Realmente tienes que irte? No creo que sea buena idea, lo siento.

-No puedo estar escapando siempre, además echo de menos a mi mamá, pese a el daño que me hizo sus actitudes, es mi mamá.

EN OTRA VIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora