Capítulo 21 (Parte 3)

262 19 0
                                    

MEGAN.

Después de varios minutos de haberse quedado parada viendo a Adrián alejarse, Megan inhaló, exhaló, y dio vuelta para regresar a su casa, aunque realmente ahí es donde menos quería estar, no quería ver a su mamá.

¿Conocen ese sentimiento cuando todo acaba con la persona que amas?.

Vacío.

Tristeza.

Eso era lo único que podía sentir, caminaba a pasos lentos, mientras lágrimas salían de sus ojos. Por más que quería relajarse, era inútil, no podía dejar de llorar.

Al estar parada frente a su puerta, se quedó observando, analizando si entrar o no, pero ¿A dónde más iría? No le quedaba de otra, así que abrió la puerta y entró. Lo primero que visualizó fue la mirada con furia de su mamá, estaba parada en la sala con los brazos cruzados. Megan rodó los ojos, ya había sido suficiente y no quería discutir nuevamente, así que pasó de largo, antes de poner un pie en el primer escalón, su mamá volteo rápidamente y muy molesta la sujetó fuertemente de su muñeca. Ante esto, Megan hizo gesto de dolor y trató de safarse de aquel incómodo agarre, pero su mamá utilizó más fuerza.

—¡Suéltame, me estás lastimando! ¿Qué sucede contigo, mamá?.

—No te quiero cerca de él, te lo prohíbo, él no es bueno para ti, eso no va a llegar a nada —Se acercó más a su rostro— ¿Entendiste?—. Y soltó la muñeca de Megan.

Megan retrocedió un paso y se secó las lágrimas.

—No puedes hacerme esto, me estás haciendo daño ¡Es injusto!.

—Estoy haciéndote un bien, es mejor así, ya he hablado —Dio un paso más y le comenzó a advertir mientras le señalaba con su dedo índice— no te quiero cerca de él, pobre de ti que me entere...

—Me ha terminado, mamá —Rebeca retrocedió un paso y se cruzó de brazos— ¿Ya estás contenta, no? Eso era exactamente lo que querías.

—Qué bueno, me alegro.

Megan frunció el ceño.

—¿Que bueno? ¿Acaso no puedes ver cómo estoy? —Dio un paso hacia adelante y se mostró así misma— estás mal —Negando con la cabeza— no comprendes nada—. Con un hilo de voz.

Megan sólo pudo ver indiferencia en el rostro de su propia madre. Indiferencia ante su sufrimiento.

—Ya se te pasará, dedícate a estudiar y deja de pensar en ese Don nadie que no vale la pena.

—Yo nunca he descuidado mis estudios, eso lo sabes muy bien, de verdad no puedo creer que me hagas esto. Y ese "Don nadie" como tú lo llamas, es quien me hace feliz, incluso más que tú.

—Él no vale la pena ¡Entiende! ¡¿Cómo más quieres que te explique?!.

—¡Tú no lo conoces! No tienes idea de cómo me siento cuando estoy con él, no puedes hablar de algo que no sabes, que no sientes.

—¡Nada de eso me importa! Mentiste para poder verte con él, así que ahora asume las consecuencias de tus actos, sabías muy bien que jamás aprobaría ese tipo de relación.

—¿Te gusta verme sufrir, verdad?.

—No digas estupideces, luego te darás cuenta y me lo vas a agradecer, es más, vendrás a disculparte conmigo por todo lo que estás diciendo.

—No me vas a alejar de la persona que amo, no lo harás. Y yo nunca te lo voy a agradecer.

—¿Me vas a desobedecer acaso?.

EN OTRA VIDAWhere stories live. Discover now