Capítulo 32

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Liliana

A la mañana siguiente la emoción que destilaba hasta por los poros me hacía soñar despierta, fui una de las primeras en llegar a la empresa, todo lucía limpio, organizado y listo para empezar a trabajar.

Anesha, mi asistente, (si, pasé se ser una asistente, a tener una jajaj, amo mi puesto) ella sería mi ayuante durante todo mi tiempo aquí y lo agradecí porque se qué no sería nada fácil encargarme de todo yo sola.

-Señorita Aniston, bienvenida. -Me dio una sonrisa.

-Gracias. -Respondí amable y felíz. -Que bueno que ya las máquinas están listas, ansiaba venir a trabajar.

Anesha arrugó un poco sus cejas. -¿Listas? ¿Que quiere decir?

-Ya sabes, por el mantenimiento y todo eso.

-Emmm ¿Mantenimiento? -Lucia confundida. -No entiendo señorita. Ese proceso ya fue realizado cuando la señora Angie todavía era diseñadora.

-¿Como? Pero creí que... lo estaban haciendo la semana pasada.

-No, desde que usted es oficialmente la diseñadora han estado listas todo este tiempo.

-Ah... ¿si?

Él estúpido de Alonso me mintió. ¿Por qué lo hizo?

Hice todo eso a un lado, tenía que enfocarme, habia mucho que hacer.

-Está bien, eso no importa, a trabajar.

-Si señorita. -me acompañó.

Por el resto del día me dediqué a instruirles a los empleados como debían quedar las prendas, revisé el orden de los catálogos, ayudé a coser, contraté más modelos, hice mi trabajo con la mejor actitud, deposité toda mi atención en ello y creo que nunca había tenido tanta paz en mi vida, este era mi lugar, el paraíso de la moda, mi paraíso.

Cuando estoy aquí siento que no necesito nada ni a nadie porque mis ocupaciones no le dejan espacio a las malas vibras para que puedan dañarme. Aquí es dónde puedo ser felíz.

Mi trabajo era todo lo que tenía.

Mientras revisaba la lista de procesos me percaté de que lo que Alonso me dijo sobre el lanzamiento de mi colección, ya estaba en marcha, al menos en eso no mintió.

Luego de horas de trabajo llegó el momento de irme, y no quería, tenía ganas de quedarme más tiempo y seguir haciendo lo que más me gusta. Pero Anesha no me dejó y me pidió que me fuera a descansar por todo lo que ya había hecho, era tanto que al día siguiente no tenía que ir si no quería, adelanté el trabajo de dos días en unas pocas horas, claramente me apasiona la moda.

Tomé mi cartera eché un último vistazo y me fui a la mansión. Este ha sido el día más tranquilo que te tenido en semanas.

No he visto ni sabido nada de Nate durante días, lo que me ha mantenido emocionalmente estable. Y no tengo que aguantarme a Alonso.

Si tan solo las cosas pudieran quedarse permanentemente así, Dios, como me gustaría.

Si tan solo las cosas pudieran quedarse permanentemente así, Dios, como me gustaría

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Eres mía [En Emisión]Where stories live. Discover now