07.

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No te sale lo hetero wey no mames.

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Desperté como de costumbre a excepción de que me sentía bastante deprimido, no sé si podría reprimir estos sentimientos de la noche a la mañana, pero tampoco es como si me quisiera alejar de Camilo, pues como ya había mencionado, es mi mejor amigo. Así que no podría evitarlo.

Al llegar a la casa Madrigal el primero en recibirme fue Camilo.

-buen día- dije de manera neutra

-buenas, ¿cómo para cuándo repetimos lo de ayer?-

-cuando cumplas tu promesa- dije con una sonrisa

Antes de que él respondiera llegó Peppa

-buenos días ___, ¿cómo se la pasaron tú y mi Camilo ayer?-

-muy bien señora Peppa, buen día por cierto hoy se ve radiante-

-hay ___, solo dime Peppa- me dijo risueña

Yo asentí con el mismo entusiasmo.

Así se repitió mi rutina, recibiendo los saludos y buenos días de cada Madrigal, haciendo mis deberes y recibir la compañía de Mirabel o Camilo a ciertas horas del día, después de pensar y pensar me hice la idea de que no era necesario cambiar mi interacción con Camilo, trataría de no meter presión y mantener las cosas como siempre han sido, pues si te gusta alguien quieres cumplir con los deseos y voluntad de esa persona y era terapéutico para nuestra amistad pensar que Camilo solo quiere ser mi amigo y nada más y si eso quiere yo haría todo lo posible para mantener nuestra relación casual así, aunque no sabía si en realidad ese era su deseo mi mente le indico a mi corazón que así era, para el bien de todos.

Los días pasaron ya llevaba como medio mes viviendo aquí, no era la gran cosa, pero en tan poco tiempo logré crear buenos vínculos con esta familia, aunque era de esperarse al estar conviviendo a diario con ellos.

El atardecer era presente mientras Me retiraba de aquel hogar.

-bueno me retiro doña Alma, la veo hasta pasado mañana- le dije refiriéndome a mi descanso que tocaba exactamente el día de mañana

-si muchacho, oh por cierto ¿no te olvidas de algo?- me dijo con una leve sonrisa

-amm no, creo que no, barrí la casa, guarde todo en la alacena, cambie las piezas oxidadas de las puertas y ventanas, quite el musgo seco del techo, incluso regué las plantas de Isabela y todo lo de mi lista es tachado, no sé que me pudo faltar- dije confundido revisando mi lista por cuarta vez.

Doña Alma soltó una leve risa.

-hablo de que se te olvida tu sueldo-

-que raro mi sueldo no está en la lis...- hable, pero me detuve al ser consciente de lo que me habían dicho -alto acaso dijo sueldo?-

Doña Alma me miró mientras me daba mi paga en la palma de ambas manos.

-te lo ganaste muchacho-

-ay dios... ay dios, ay dios, ay dios, no sabe como se lo agradezco, yo...- al no saber como expresar mi emoción y gratitud abrace a la señora Alma -no sabe como lo aprecio de verdad, mil gracias- dije mientras me separaba de ella quien solamente sonrió divertida por mi reacción.

-te lo mereces amigo- dijo Camilo abrazándome por el hombro

Yo no pude contenerme más y abracé a Camilo mientras saltaba en mi lugar

¡-ya me pagaron wey-!!

Al ser consciente de mi comportamiento me separé rápido de el mientras sacudía con cuidado su jorongo

El Chico Del Sombrero (Camilo Madrigal X Male Reader) Where stories live. Discover now