08.

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El segundo adiós, una mentira y dos confesiones.

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¿ma- mamá-? Hable atónito, mis ojos deben engañarme, es parecida a la mujer de la foto de mis padres pero más... vieja

¿-__ eres tu hijo-?

-no esto no puede ser, tú... tú te fuiste, ¡tú me dejaste!-

-no puede ser ___ de verdad eres tú, ¿qué haces aquí?-

-no ¿tú que haces aquí?-

-se supone que debes estar en México con tu abuela-

-... 15 años, y... ¿Eso es lo único que vas a decir?-

Ella no dijo nada y solo se acercó a mí, yo no me moví en lo absoluto, de la nada coloco su mano en mi mejilla y empezó a llorar mientras acariciaba mi cara con la yema de sus dedos.

-de verdad eres tu mijo, no es un sueño, en verdad estás aquí- hablo para intentar abrazarme, pero yo aún procesando lo ocurrido me aparté de ella evitando que me atrapará con sus brazos.

-no entiendo... ¿Cómo puedes desaparecer por 15 años y luego volver a mí como si nada? ¡¿qué crees que soy?!, ¡¿quién crees que soy?!, soy tu hijo, ni siquiera sé tu nombre, como puedes ser tan... tan descarada-

-Créeme que nunca me imagine que te encontraría aquí, estoy igual de sorprendida que tú-

-¿tú estás sorprendida? No me digas, yo más que sorprendido estoy confundido, dime ¿qué quieres?-

-mira, cálmate, te entiendo, estás molesto, porque no respiras, podemos sentarnos y cuando estés tranquilo hablamos ¿si?-

Suspire con pesadez

-está bien... pero antes iré por una arepa de Julieta que siento que se me va a caer el brazo- exclame para entrar a la casa Madrigal dejando a tal mujer afuera.
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No puedo creer que mi suegra, digo la mamá de ___ este afuera de mi casa, es fácil de creer que son parientes, ya que tiene cierto parecido con ___, ahora veo de quien saco la belleza.

Él entró a la cocina y tal como dijo comió una arepa yo hice lo mismo y así nos deshicimos del dolor.

-estas...- no pude terminar de hablar, ya que el tomo la jarra de agua para vaciarla sobre su cabeza.

-no puede ser, no puede ser, no puede ser- murmuraba mientras tenía las manos cubriendo su rostro -esto no es un sueño, ella de verdad es... mi mamá está allá afuera-

-oye- le llame, pero él seguía murmurando cosas -oye reacciona- le hable tomándolo por los hombros -escucha, todo estará bien, ve esto como una oportunidad, tu madre está ahí afuera, tú decides si quiere que se quede o que se vuelva a ir ¿si?-

-yo no sé si pueda mantenerme tranquilo Camilo-

-yo sé que sí, eres alguien fuerte, sé que puedes con cualquier cosa, recuerda que cuentas con mi apoyo ¿si?-

-está bien, pero no prometo nada- hablo mientras yo lo soltaba.
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El joven ___ estaba delante de la puerta, respiro hondo mientras pasaba ambas manos sobre su cabello, reuniendo todo el coraje posible, abrió la puerta para toparse con la mujer. Los madrigal se quedaron cerca por si las moscas.

-bueno, hablemos- hablo el muchacho -en primer lugar dime tu nombre-

-no puedo creer que tu abuela no te haya dicho ni mi nombre-

El Chico Del Sombrero (Camilo Madrigal X Male Reader) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora