15.

2.2K 235 1K
                                    

Chinguen a su madre

.
.
.

Tres meses transcurrieron con serenidad, no se podía pedir nada más.

Las cosas con mi mexicano van mejor que nunca aunque la única espina en el jardín es Julián, no tenemos idea de que ha estado haciendo este tiempo, ni siquiera sabemos donde vive, tampoco es como si nos importara mucho que digamos.

Pero, Siempre que ambos se encuentran en la calle las miradas discretas de odio son presentes, y cuando digo "discretas" me refiero a que no son para nada discretas.

Siempre que nos encontramos con mi "querido" suegro en el pueblo, tengo que llevármelo a la fuerza porque los dos actúan como perros que se gruñen entre sí, por un simple hueso.

-y la maldita cucaracha empezó a volar y yo tipo...- pare de hablar cuando note que no me escuchaba -oye me estas... ay no-

Estos dos se miraban con la intención de hacerse pedazos en cualquier segundo.

-No, vámonos- lo jalé del brazo

-nada más lo voy a saludar- me dijo sin dejar de ver a su padre de manera amenazante

-no amor, es la tercera vez esta semana, incluso el pueblo ya está harto, vámonos y lo hablamos en la casa-

-de verdad solo lo voy a saludar de manera educada- me dijo mientras intenta dirigirse a él.

Yo tomé sus mejillas entre mis manos, pero él seguía desviando sus ojos a su padre con el ceño fruncido.

-vamos a llevarle las cosas a tu Mamá y a Mirabel ¿si?, no vale la pena-

-pero es que míralo, no manches, se le nota que le faltan unos putazos-

-No-

-pero...-

¡-NO! Y fin de la discusión- le hablé molesto

Él nada más suspiro y obedeció.

-está bien vámonos-

Nos fuimos no sin antes de que ambos se enseñarán el dedo medio, a veces siento que salgo con un niño.
Siempre depende de que tan grande sea el conflicto para que ___, se moleste, parece que con tan solo ver el rostro de Julián es más que suficiente para que esté enojado todo el día.

.
.
.

-llegamos-

-bienvenidos- hablo Rosa

___ no dijo nada y solamente subió a su cuarto.

¿-ahora que-? Pregunto mi prima Mirabel

-lo mismo de siempre- le contesté

-esos dos no se pueden ver ni en pintura, y para colmo el carácter de ambos está que uf, pal perro- hablo mi suegra mientras desembolsaba las cosas que trajimos

-Ya hay que ponerle correa a esos dos- dije

-jaja si eres tú quien se la pone capaz y si se deja- hablo burlona mi prima

-hasta te va a ladrar y todo- le siguió el juego mi suegra

¡-los escucho-! Nos gritó desde su habitación.

-voy a ver al princeso-

-llévale un pedacito de sandía a ver si así se aliviana- hablo la mujer mientras me estregaba un plato con rebanadas triangulares de sandía.

Ambos nos sonreímos de manera mutua.
.
.
.

¿-como esta mi mexicano favorito-?

-no necesito correa- contesto de mala gana, tumbado en la cama con su rostro hundido en su almohada.

El Chico Del Sombrero (Camilo Madrigal X Male Reader) Where stories live. Discover now