La espía Ronnie Jones (En Proceso)

1 - ¿Quién soy?

Mi abuela murió cuando yo tenía quince años, ella era mi mejor amiga en todo el mundo, me entendía, me aconsejaba y nunca me juzgaba. Me cuido y gracias a ella puedo decir que soy la persona quien soy ahora, ustedes dirán - ¿Quién carajos eres? – Bien, les contaré un poco sobre mi vida para que entiendan a lo que me refiero.

Mi nombre es Ronnie Jones Rivera, tengo veintiún años, mi color favorito es el Azul en todas sus tonalidades, me gustan los gatos, disfruto de la buena música y en los últimos años encontré una banda de rock alternativo que me tiene escuchándolos todos los días. Vivo sola en un apartamento en New York, pero nativamente soy colombiana, me mudé a Estados Unidos con mi abuela por parte de mamá Esmeralda Rivera, cuando tenía 3 años de edad. Mis papás Isabella Rivera y Noah Jones, fueron asesinados cuando recién cumplía mis 3 años, desde entonces la vida de mi abuela y la mía estuvo o está en grave peligro; por eso mi abuela decidió que nos mudamos al país de donde era mi padre. 

Esmeralda Rivera, dedicó toda su vida en criarme, en enseñarme todo acerca de la vida misma, me enseñó a amar la lectura y escritura. Teníamos una biblioteca con más de 2.000 libros de todo tipo, desde que aprendí a leer a los 5 años hacíamos concursos entre nosotras y consistía leer un libro por semana y al finalizarlo comentábamos que nos pareció y escribíamos una pequeña reseña. 

Desde que murió mi abuela me hundí en la depresión y he podido entender muchas cosas sobre esto, la primera es que siempre me ha gustado escribir, pero era imposible saber expresar lo que pasaba por mi mente y ella me ayudaba mucho aclarando mis ideas. Segundo, nunca me gustó tener o hacer amigas porque sentía que no me iban a entender o bueno… yo no las iba a entender a ellas, las chicas que conocía eran superficiales y solo se fijaban en lo que un hombre o una persona les podía ofrecer a su conveniencia y eso, era una mierda. Esmeralda, hizo que no quisiera conocer a otras personas, ella fue una gran mujer en todo el sentido de la palabra, era generosa, amable, inteligente, tolerante, honesta y también tenía un buen sentido del humor; físicamente era hermosa, cabello corto totalmente blanco, linda sonrisa, pestañas largas y de ojos grandes.
Su flor favorita eran las amapolas, decía que — Las amapolas son como esas personas que nos atraen y nos apasionan, que hacen el mundo mejor, pero que de ningún modo debemos atraer a nuestro lado, porque se destruye o nos destruye. – Nunca había entendido esas palabras, pero al crecer, conocer personas y ver la realidad de este mundo desde una perspectiva más adulta comenzaba a tener sentido, cada palabra. 

Me hubiera encantado conocer a mis padres, mi abuela me contaba que mi madre era Diseñadora de modas y mi padre era Detective privado, se conocieron en una misión que tuvo mi padre en Colombia y quedaron completamente flechados al verse. Después de algunos años saliendo, conociéndose decidieron que no podían estar un solo día más separados y se casaron, cuando pensaron que no podían ser más que felices, 2 años después me concibieron a mí y su felicidad fue más que completa. Me amaban desde el día uno que se enteraron que iban a ser papás, hasta el día uno en que me tuvieron por primera vez en sus brazos. 

Bueno, ya no quiero hablar de cosas tristes, así que les hablaré a que me dedico. Cuando culmine la secundaria me encontraba en un dilema en que estudiar, tenía tres opciones bastante buenas para mi gusto: Diseñadora de modas como mi madre, Criminalística y Ciencias de la Seguridad como mi padre y, por último, Literatura. Al final me decidí por la Criminalística, era algo que me iba a sacar fuera de mi zona de confort y eso estaba bien para mí.     

En el último año de mi Universidad, conocí a un hombre en un bar mientras ayudaba a mi única amiga a descubrir si su novio la engañaba con otras mujeres.