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Por primera vez desde que comenzó este desastre, sentía que era un día tranquilo, aún había gente que murmuraba y la policía incluso había interrogado a varios alumnos del instituto para tener alguna pista de lo sucedido, pero fuera de eso, el día...

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Por primera vez desde que comenzó este desastre, sentía que era un día tranquilo, aún había gente que murmuraba y la policía incluso había interrogado a varios alumnos del instituto para tener alguna pista de lo sucedido, pero fuera de eso, el día era agradable.

No era demasiado caluroso ni muy helado, el sol brillaba en lo alto de forma agradable y la suave brisa refrescaba su rostro al mismo tiempo que removía su azabache cabello, permitiéndole cerrar los ojos y respirar hondo, ignorando un presentimiento que le venía molestando desde que habló con Felix hace dos días.

La tía del rubio vendría a Corea en unos días y se quedaría una semana, podrían hablar con ella y Felix retomaría su tratamiento, mejoraría y todo podría volver a como era antes.

Sintió unos brazos envolverse alrededor de sus hombros y un peso en su espalda, riendo levemente al saber de quien se trataba.

—Eres malo Jinnie, no me esperaste –se quejó su rubio amigo con un lindo puchero en su rostro y las cejas fruncidas, se veía tan adorable que no pudo resistir el impulso de darse la vuelta para soltarse de su agarre y pellizcar esas pecosas mejillas que tanto amaba.

—Y tú te quedaste viendo a Jisung como un tonto enamorado otra vez –se defendió, escuchando los ruidos de queja del más bajo y apreciando ese tenue rubor.

Realmente se sentía como un día normal, con Felix persiguiendo a Jisung con la mirada como siempre, yendo a almorzar con Jeongin, riendo y divirtiéndose entre los tres, ignorando los problemas que había alrededor, encerrándose en una burbuja donde la felicidad estaba presente y solo eran los mismos chicos de siempre, porque a veces vivir en una fantasía es mejor que afrontar la cruda realidad, vivir en la ilusión de que los días eran como antes es mejor que recordar que ya nada lo era y entre esta calidez de tres amigos se ocultaban secretos, nada cambiaría que Chan está muerto y que aquel adorable chico que tanto amaba era el culpable de este crimen.

Nada cambiaría realmente que Felix ya no era su pequeño sol ni su estrella, ya no era la persona que solía conocer.

—Ten –sacó del bolsillo de su mochila una lata de gaseosa y el rubio la tomó, sonriendole agradecido.

—Muchas gracias Jinnie~ aceptaré este soborno por ahora –ambos rieron, no había murmuros ni oscuridad cuando estaban juntos, siempre habían tenido esta fuerte unión donde todo lo demás desaparecía y solo eran ellos dos.

Comenzaron a caminar en dirección a la casa de Hyunjin.

—Mi mamá estará muy feliz de verte, se queja de que debes ir a visitarla más seguido, ya sabes que ella te adora como si también fueras su hijo.

—La señora Hwang es muy dulce –su sonrisa y expresiones eran tan genuinas a su lado.

—No le digas señora o sabes que te regañara –otra suave risa.

Sweet Bite || JilixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora