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Subió los escalones, las clases habían finalizado y se despedió de Jisung y Felix con la excusa de practicar un poco en el club antes de irse a casa, ninguno lo cuestionó y los dos se marcharon, aprovechando el momento en que al fin estuvo sólo pa...

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Subió los escalones, las clases habían finalizado y se despedió de Jisung y Felix con la excusa de practicar un poco en el club antes de irse a casa, ninguno lo cuestionó y los dos se marcharon, aprovechando el momento en que al fin estuvo sólo para dirigirse a la azotea. Abrió la puerta al llegar al final de las escaleras, caminando un poco más hasta encontrarse con el chico castaño que le daba la espalda.

El menor estaba en el borde, sus dedos aferrándose a la reja que impedía que cayese mientras sus ojos se movían sin un rumbo fijo. Había tantas cosas rondando por su cabeza y Minho casi podía entender ese sentimiento, mirando fijamente el rostro vacío del chico cuando se ubicó a su lado, esperando que hablase, que le explicase que significaba esa nota, que quería decirle.

Pero en medio de ese silencio que solo se extendía, sus pensamientos se disociaron al mismo tiempo que su mirada se clavaba en el cielo.

Había tantas cosas que pensar, que aceptar. Había tantos problemas que no sabía que hacer con todos ellos, Changbin estaba muerto y Jisung destruido y Minho no podía sanar todo el dolor que el menor estaba cargando, ya no podía mantenerse fuerte, ser el pilar que su amigo necesitaba cuando ya ni siquiera podía mantenerse de pie ni a el mismo; tan solo deseaba que esto fuese una pesadilla, que algún día Changbin estaría esperándolos en la puerta del instituto y Minho se acercaría con una sonrisa en su rostro mientras veía a Jisung correr y colgarse del mas bajo. Deseaba cada mañana que al abrir sus ojos estarían los tres juntos tirados en el suelo, con el televisor encendido y bolsas de comida chatarra por todos lados tras una divertida y exitosa pijamada. Deseaba tantas cosas pero ninguna se cumpliría porque esta es la vida real y no fantasías, no era un cuento o una película, Changbin no regresaría y nada podría cambiar lo sucedido.

—¿Sabes en que se relacionan Seo, Hwang y Bang? –preguntó Seungmin sin verle, luego de unos minutos donde cada uno estaba perdido en su propio mundo, el menor al fin habló.

Minho volteo la mirada, esperando.

—Todos son víctimas del mismo culpable –se volteo, su ceño fruncido y los puños aferrándose a la reja, sus ojos eran grandes llamas llenas de odio y dolor que consumirian todo a su paso, incluido a el mismo–. Lee Felix.

Su sangre se heló, sintió su corazón detenerse por unos segundos mientras escuchaba ese nombre antes de negarlo, sin poder creer las palabras que Kim le estaba diciendo, sin poder aceptar esa parte suya que dudaba de su propia negación.

—¿Qué carajos estas diciendo?

—Tú crees que Felix es inocente, que es una persona dulce y maravillosa que jamás le haría daño a nadie pero la realidad es que es un monstruo, un lobo con piel de cordero, actúa como si fuese el niño más inocente y puro del mundo pero cuando le das la espalda, no duda en atacar, no duda en acabar con cualquiera que se interponga en su camino.

—¿A qué te refieres?

—Me refiero a que Felix tiene los ojos puestos en tu amigo y no dudara en matarnos a ti o a mi si nos considera un obstáculo.

Sweet Bite || JilixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora