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Había algo en Felix que llamaba su atención, que lo cautivó por completo; algo que hacia que su corazón latiese más rápido y los nervios picasen en la piel

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Había algo en Felix que llamaba su atención, que lo cautivó por completo; algo que hacia que su corazón latiese más rápido y los nervios picasen en la piel. Había algo en Felix que siempre lo mantuvo atrapado y que conquistó su corazón desde el primer encuentro.

Era un martes por la tarde, las clases habían terminado y comenzaba el horario de los clubes de la escuela, por lo que se dirigió al suyo luego de despedirse de sus amigos con un pequeño abrazo y algunos pellizcos en las mejillas para molestar a Jisung. La música sonaba en sus auriculares mientras se encaminaba al salón, teniendo en mente calentar y estirar antes de que el resto de miembros llegasen.

Fue cuando abrió la puerta que lo encontró, sus ojos que se encontraban entrecerrados debido al cansancio de las clases se abrieron como platos, el auricular que sostenía cayó de sus manos y un gran interés se despertó en su interior mientras veía a la pequeña figura moverse por el salón. Aquel rubio estaba absorto, perdido en la música que se reproducía por el estéreo, su mirada perdida y sus labios entreabiertos. Cada movimiento era ágil y frágil al mismo tiempo, contaban una historia llena de demasiados sentimientos que peleaban entre si, había conflicto, una batalla consigo mismo mientras miraba a su reflego con violencia.

Había tanto ruido peleando y se expresaba en movimientos que cambiaban constantemente pero mantenían un rumbo, hasta que la musica fue disminuyendo y al sonar la última nota, el cuerpo yacía en el suelo, su mano en forma de pistola apuntando al espejo, presionando el gatillo mientras desviaba la mirada, rechazando a la persona que veía del otro lado pero sin atreverse a acabar con ella de frente.

Sus pies se movieron por cuenta propia, su cuerpo comenzando a funcionar de manera automática mientras se acercaba al chico y regresaba a la realidad, ofreciendo una sonrisa impresionada y un leve aplauso que sacó de su mundo al rubio.

Los movimientos del menor ahora más torpes, casi tropezando con sus pies al levantarse y voltear a verle, sus mejillas habían enrojecido, una mezcla de la vergüenza y el cansancio luego de tan duro baile.

—Eso fue bastante bueno –rompió con el silencio que se había instalado y donde solo podía escucharse la respiración agitada del contrario, ahora estando frente a él, notando las hermosas y pequeñas manchas en su rostro que solo le trajeron mas fascinación–. No he visto tu rostro por aquí antes, ¿eres nuevo?

El menor asintió con la cabeza rápidamente, ofreciendo una pequeña reverencia como saludo a la vez que comenzaba a presentarse.

—Soy Lee Felix, me cambié este año y cuando supe sobre este club, deseaba poder unirme –sus palabras se tropezaban entre ellas, el nerviosismo trajo cierta ternura, Minho sentía muchas ganas de arrullarlo y molestarlo.

—Ya veo, bien Lee Felix, estas ahora hablando con el actual líder del club a quien le gustaría ver más de tus pasos.

Algo en esos ojos que brillaron provocó que su corazón flaquease, aquella inocente felicidad que se reflejaba en su rostro mientras la sonrisa se ampliaba fue contagiosa, sonriendo igualmente mientras lo veía acercarse a su celular y reproducir otra canción antes de que el resto de miembros llegasen y practicasen en conjunto.

Sweet Bite || JilixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora