La hija de Bruno Madrigal (Camilo Madrigal y tu)

Cuidando a los niños

__: ¡Camilo vamos!, ven y ayúdame aquí.

Esto estaba siendo un poco estresante, no había nada que ellos quisieran hacer juntos, al parecer habían peleado por algún tema infantil que a este punto no podía comprender, los niños de un lado y las niñas del otro, pero todos bajo el mismo techo.

Camilo: deberíamos ir afuera- dijo dejando de lado a los niños que al escuchar eso se emocionaron.

__: bien vamos, tal vez se calmen un poco si paseamos con ellos por el pueblo.

En el pueblo estaban preparando una gran celebración, había mesas llenas de diferentes comidas en diferentes lados de la calle, se veía lindo, aunque los adultos parecían ajetreados.

Cuando salimos pensábamos que sería una buena idea, nos habíamos equivocado, los niños salieron corriendo en diferentes direcciones y ahora debíamos ir a buscarlos.

__: bien tu vas por César, Nicolás, Esteban y Samuel y yo voy por Ale, Daniela y Laura, nos vemos aquí en 20 minutos- sin más me marché sin dejarlo siquiera responder.

Corrí por las calles en busca de las niñas, mientras pasaba una calle vi a Ale mirando las plantas que había en una casa, costó convencerla de ir conmigo, tuve que prometerle que iríamos con Isabela a pedirle flores. 

Seguimos el camino principal juntas, aunque esta vez fue caminando, llevaba a la niña de la mano cuando vimos a Laura, Daniela y César hablando con Mirabel, fui por ellos y regresamos al punto de encuentro.

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Había pasado media hora y Camilo aún no había llegado.

__: bien niños, pues tendremos que ir a buscarlos.

Ale: ¡si!, entre más pronto mejor.

César: vamos, vamos, vamos.

__: hey ¿por qué tan apurados?

Daniela: tenemos hambre __, queremos regresar a comer.

Era cierto que no habían nada comido desde hace seis horas, sin más nos pusimos en marcha yendo por el lado por donde había ido Camilo.

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__: ¡Camilo!- le grité para que me escuchara, él volteó y llevaba a los tres niños con él. 

Camilo: oh __, estaba buscando a César, lo hemos buscado por varios lugares pero no hay rastro de él.

En ese momento César salió de detrás de mí y le sonrió nerviosamente a Camilo, pobre, había recorrido gran parte del pueblo en su búsqueda y él estaba conmigo, Camilo parecía estar enojado con el pequeño. 

__: bueno ya que estamos todos juntos, vayamos a comer algo- la cara de Camilo se iluminó al instante olvidando el suceso anterior, vaya que se había emocionado más que los niños.

Camilo: ¡si, vamos!- dijo para empezar a caminar en busca de comida, pero se detuvo de repente- y, ¿qué vamos a comer?

Ese era el detalle, sería difícil hacer que los siete niños coincidieran en lo que querían comer, o ese pensé, pero Camilo empezó a tratar de convencerlos para comer lo que él quería, al ver que no le quisieron hacer caso y empezaron a discutir por lo que comeríamos, aproveché la oportunidad.

__: si no pueden ponerse de acuerdo, entonces será Camilo quien decida lo que comeremos.

Al instante todos guardaron silencio y se miraron entre sí, luego uno de ellos dijo que ya habían elegido que comer, al parecer había funcionado, sus ganas de llevarle la contra a Camilo fueron más grandes y él, él solo estaba fingiendo estar indignado.