No hablemos de Bruno

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Estaba paseando por la habitación de papá, había tantas y tantas fotos, a papá le encantaba tener fotos de nosotros, todo estaba bien hasta que escuche un ruido, había sido la puerta, alguien había entrado y entrar a la torre estaba prohibido, si me descubren, la abuela me pondrá un gran castigo, debía esconderme y sin más lugar donde esconderme, entre en el pasillo oculto por el cual se cruzaba a la cueva.

Debido a la altura no pude escuchar de quién se trataba, pero igual no podía arriesgarme a que me vieran, fue entonces que escuche a uno de los animalitos de Antonio, pero Antonio no podía ser, el no tenía porque estar aquí, de hecho nadie debía, ni siquiera yo.

Debía salir apenas tuviera la oportunidad, esperaría a que la persona que había venido se fuera, o al menos a que se alejara de las escaleras, fue entonces que escuche un grito.

Mirabel: ¡Bruno, tu cuarto es el peor!

Era Mirabel, ¿que hacía ella aquí?, ¿tendrá esto que ver con el milagro?, en un principio quería irme, pero quería saber de qué trataba todo esto, así que me quedé a escuchar a Mirabel un poco.

Estaba pensando en como ella cruzaría e precipicio, y cuando me fijé ella había saltado colgándose de una cuerda, ¿acaso estaba loca?, pudo haber muerto, la altura era demasiada.

Mirabel entro a la cueva y pude verla curiosear un poco en el lugar, hasta que entró en lo más profundo de la cueva, entonces al entrar yo, cerré la entrada por accidente, inmediatamente me oculte siendo lo más sigilosa posible.

Y la ví a ella, estaba buscando unos trozos de piedra verde entre la arena, al parecer era una visión, tenía mucho tiempo sin entrar en esta parte de la cueva y no la había visto, ella empezó a buscar los trozos, pero pude darme cuenta de los extraños ruidos que había en la cueva, recogí de forma sigilosa los demás trozos, si la asustaba y gritaba esto acabaría muy mal.

Acabando de recoger los trozos, me dirigí a abrir la cueva, debía hacerlo pronto, apenas logré abrir la puerta, la pared comenzó a romperse y parecía que el lugar se derrumbaría, Mirabel se percató de esto y volteo buscando los trozos de piedra, la arena comenzó a caer y todo estaba por derrumbarse así que la jale fuera de la cueva, y fue justo a tiempo, pues por la arena Mirabel estuvo a punto de caer al precipicio.

__: vamos debemos irnos ya.

Mirabel: pero necesito ver la visión de Bruno.

__: lo sé, por eso agarre los trozos antes de que el lugar se derrumbaría, ahora vamos, utilizaremos el atajo para bajar.

Mirabel me siguió, parecía tener muchas preguntas por hacer, pero se quedó en silencio, antes de salir, le di los trozos y salí de la habitación de papá y de casita, no le pedí explicaciones, después de todo, probablemente no me diría nada.

Camine hasta llegar al río, estaba pensando en irme de encantó, si papá lo había logrado, significaba que debía de haber una salida, estaba tan metida en mis pensamientos que no me cuenta de que Caeli estaba ahí también.

Caeli: hey, ¿todo bien?

__: no- suspiré, me haría bien hablar con alguien- creo que me iré de encantó.

Caeli: ¿qué?, pero ¿por qué?- parecía preocupada, aunque no habíamos platicado mucho, éramos amigas u según sabía, yo era su única amiga.

__: bueno no creo que deba quedarme más aquí, me gustaría buscar a papá.

Caeli: pero si el ti...- Caeli comenzó a toser antes de acabar la frase, al parecer se estaba ahogando.

__: hey Caeli, ¿estás bien?- intenté acercarme pero me detuvo con su mano.

Caeli: tranquila estoy bien- mencionó dejando de toser, parecía más tranquila- pero, ¿qué pasa si tú papá vuelve?

__: después de diez años, ya no se si el regresará.

Caeli: pero tal vez lo haga, tal vez vuelva a buscarte.

__: ¿tu crees?

Caeli solo asintió, luego se despidió de mí, dijo que tenía algo importante que hacer en casa, yo también debía ir a casa, hoy era la cena con los Guzmán y debía estar presente, todo para aparentar.

Camine hacia el pueblo, tal vez podría pasear un poco por el pueblo, mientras caminaba escuche una voz que me llamaba.

Abuela Alma: ¡__!, ¿qué haces aquí querida?- la abuela parecía estar siendo amable conmigo, eso me sorprendió un poco, luego pensé que seguro estaba fingiendo- ven, vamos a casa- extendió su brazo hacia a mi y me tomó del brazo para llevarme con ella.

Ésto se sentía bien, a pesar de ser fingido, me gustaba sentirme querida, ella me sonrió y me pidió que me adelantará un poco para avisar que los Guzmán llegarían.

Corrí a casa, pro cuando estaba por llegar, un descuido hizo que me cayera, pero antes de estamparme en el suelo, Camilo me atrapó.

Camilo: ¿estás bien?- solo asentí, podía sentir mi cara arder de vergüenza, además su cara estaba demasiado cerca de la mía, luego e me soltó cuidando que no me cayera y se dió la vuelta para irse, entonces pude escucharlos decir "a la mesa"

Me acerque lentamente para escuchar un poco lo que decían, o más bien lo que cantaban, todos lo hacían al mismo tiempo, entonces decidí centrarme en Camilo.

Camilo: terror en su faz, ratas por detrás, al oír tu nombre no hay marcha atrás- no sabía de quién hablaba, pero parecía que no era una buena persona, y por curiosidad preste más atención para saber de quién se trataba- grita mientras tiembles al despertar...

Y ahí perdí rastro de su voz, así que espere a ver si mencionaban más, pero si todos cantaban al mismo tiempo era difícil entender, entonces escuche lo peor, eso que termino por arruinar mi día por completo.

Todos cantaron juntos: llegaron, no hablemos de Bruno.

Mirabel: ¿por qué hable sobre Bruno?

Todos: ¡No hay que hablar sobre Bruno!

Mirabel: no debo nunca hablé de Bruno.

Y fue cundo no pude ver a nadie más, estaba triste por saber que veían a papá como a un monstruo, parecía que incluso Camilo lo veía así.

__: tu... ¿también crees que papá es un monstruo?

Camilo: __ yo...

__: déjalo así, debemos ir ya a cenar- no lo deje hablar más y me marche, tenía ganas de llorar, ¿que mal había hecho papá?

La hija de Bruno Madrigal (Camilo Madrigal y tu)Where stories live. Discover now