Extra 1

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Nos encontrábamos en una gran hacienda, una señora nos vio pasar y nos ofreció quedarnos a dormir aquí, mencionó que sus hijos ya se habían casado y nunca iban a visitarla, se sentía demasiado sola y no pudimos resistirnos a hacerle compañía.

Habíamos cenado juntos entre una gran plática, fue fácil entrar en confianza con ella y el lugar era muy cómodo, nos brindó una habitación para ambos y se fue a dormir.

En la habitación había una gran cama que íbamos a compartir y papá había dejado a sus ratitas durmiendo en un mueble cercano, un gran ventanal era la única forma de alumbrar el lugar, pues por el entraba la luz de la luna.

Acomodamos nuestras cosas a modo de irnos temprano al día siguiente y nos recostamos a dormir.

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No sabía qué hora era pero un ruido me había despertado, las ratitas estaban encima de nosotros y se veían alteradas, papá también se despertó y se levantó para tratar de investigar qué pasaba.

__: papá no me dejes sola- estaba asustada y era obvio que él también pero teníamos que ver qué pasaba.

Él camino por la habitación y no encontró nada así que volvió a la cama, pero esta vez con las mochilas, solo por si las dudas.

Nos quedamos sentados en silencio por un rato y cuando voltee a una de las esquinas de la habitación ví algo brillar.

__: papá, ahí hay algo- señale temerosa ese lugar y papá volteo asustandose también, no podíamos ver bien que era y eso daba más miedo.

De repente no se vio más aquel brillo y cuando volvió a aparecer estaba justo en la orilla de la cama, solo entonces pudimos ver a qué pertenecía aquel brillo.

Era un cuchillo.

Estaba siendo sostenido por la tan amable mujer que nos recibió en su casa.

__: AHHHHHH, ¡NOS VA A ASESINAR!- salte de la cama de un brinco y corrí sin haberme puesto aún los zapatos.

Papá: ¡ESPÉRAME, NO QUIERO QUE ME MATE!

Corríamos por todo el pasillo escaleras abajo y las ratitas también corrían haciéndonos tropezar en ocasiones, pero entre ellas traían nuestros zapatos.

Llegamos a la escalera y en un intento de bajar más rápido nos resbalamos por el barandal, gran error, nuestra futura asesina nos esperaba abajo con el cuchillo en mano.

No había forma de detenernos y solo pude extender los pies para patearla al caer.

Cayó al suelo pero el cuchillo seguía en sus manos y rápidamente se levantó, seguimos corriendo rumbo a la salida y cuando estábamos por llegar escuchamos los chillidos de las pequeñas ratitas, cuando volteamos lo vimos.

Un gran gato blanco del tamaño de un lobo, era demasiado extraño y daba mucho miedo, estaba por devorarse a las ratitas y papá corrió a ayudarlas, mientras el hacia eso intenté abrir la puerta pero en eso la mujer nos alcanzó y justo cuando iba a asesinarme, una luz se mostró por la puerta abriendo paso a la salida.

Alguien había entrado, una mujer de unos veinti-tantos años con una linterna en la mano que nos miraba confundida, señale arriba mío pero la mujer ya no estaba, tampoco el gato y yo estaba cada vez más confundida.

********************

Amelia: entonces, ¿cómo llegaron a la vieja hacienda?

Papá: esa mujer nos invitó a pasar, dijo que nunca recibía visitas y nos dió lastima.

__: si, mencionó que sus hijos se habían casado y nunca la visitaban.

Amelia: hay mi madre, ella siempre fue así de dramática.

__: ¿fue?- la mujer asintió.

Amelia: mamá murió hace siete años, cuando yo recién me había casado, tuvo un accidente en esta casa y murió, yo estaba fuera del pueblo y mis hermanos no tenían mucho tiempo libre, nos dimos cuánta unas tres semanas después de su muerte.

Papá: eso suena algo extraño, digo que nadie se diera cuenta.

Amelia: los vecinos mencionaron oír un grito pero mamá se la vivía gritando siempre para llamar la atención y recibir nuestras visitas.

__: ¿no es un poco cruel que no vinieran a visitarla?

Amelia: ella era una asesina, mató a papá porque la engañaba con otra mujer, se volvió a casar unas seis veces más e igual mató a todos sus maridos.

__: ella da miedo- sentí un escalofrío cuando lo mencionó, esa mujer si que era cruel.

Papá: pero ella siendo un fantasma, ¿pudo habernos matado?

Amelia: tal vez, por eso siempre que venimos prendemos varias velas esperando que no se aparezca, a partir de ahora vendré más seguido, no queremos que a alguien más le pase lo que les pasó a ustedes.

Papá: muchas gracias por su ayuda, nos iremos apenas amanezca téngalo por seguro, y también gracias por dejarnos quedar aquí el resto de la madrugada.

Amelia: no hay problema, iré a descansar, pasen buena noche.

Y se fue, dejándonos unas cuantas velas en la habitación, sin duda esa noche no pude dormir más y estoy segura de que papá tampoco.

Al día siguiente cuando salíamos de la hacienda y nos despedíamos de la señora Amelia, pude observar por una ventana del piso de arriba, justo en la habitación que habíamos dormido, a un gran gato blanco que nos miraba fijamente, pensé que era una simple ilusión pero luego limpio la ventana con una de sus patas.

Desvíe la morada y cuando nos íbamos a marchar por completo mire nuevamente, no estaba ya el gato, pero la ventana había estado empañada pero ahora en el centro había una pequeña parte recién limpiada.

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Y eso fue una parte de mi sueño la semana pasada, por poco y me asesinan en un sueño y mientras pensaba en eso me dió por querer incluir esto en una parte de la historia.

La hija de Bruno Madrigal (Camilo Madrigal y tu)Where stories live. Discover now