Las grietas

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Estaba en el pasillo y pude ver a Mirabel, aunque ella parecía no verme.

Mirabel: sola en el corredor, y el cerrojo no abrió, nadie a mi alrededor, sigo añorando juntos brillar.

Ella estaba cantando y nadie se daba cuenta, se notaba la tristeza que contenía desde años atrás

Mirabel: necesito encontrar otra oportunidad, unos ojos que al ver quieran mirar, ¡abrelos ya!, ¡abrelos ya!, ¡abrelos ya!

Era tan triste verla sufrir así, más triste aún identificarme un poco con ella y no poder hacer nada.

Mirabel: moveré los montes, flores nuevas sembraré, por favor que alguien me ayude a entender si es que en mi hay algo mágico, si mágico, sanaré el quebranto, les demostraré valor, lograrán mirar quién puedo ser yo, lejos de aquel regalo mágico.

Durante todo lo que estuvo cantando no pude dejar de seguirla, la letra de su canción me podía tanto al conocerla de toda la vida.

Mirabel: y aquí estoy, muy dispuesta, veanme dispuesta, fui paciente y no obtuve respuesta, bendiciones te pido aunque no tengan don, milagroso y mágico, ¿habrá algo en mi que sea mágico?

__: tu eres una gran persona, y con o sin don eres muy especial, no debería importarte lo que los demás digan Mirabel, lo importante es que tu seas feliz- mencioné mientras me acercaba a ella al ver que acabó de cantar.

Mirabel: pero no puedo __, lo intente pero cada vez la presión es más, ya no se como seguir- lo único que pude hacer en ese momento fue abrazarla, ella estaba rota y yo también lo estaba.

Las lágrimas querían salir de sus ojos y mientras la abrazaba, ella volteó hacia el piso, lo veía directamente y yo la veía a ella, su reacción era muy extraña, se acercó al piso y agarró algo, pero no pude ver que era, solo escuché un quejido y vi su mano herida.

__: Mirabel, ¿estás bien?

Mirabel: casita- murmuró preocupada.

Ignoró mi pregunta y miró a casita para luego correr hacia la foto del abuelo Pedro y después hacia las puertas, luego miró hacia la vela y corrió hacia la nueva habitación de Antonio.

Decidí no seguirla y caminé por las puertas mirando cada detalle, de pronto mucha gente salió de la habitación siguiendo a Mirabel, ella hablaba sobre unas grietas pero yo no podía entender a qué se refería.

Mirabel: la casa estaba en riesgo, la vela estaba… abuela de verdad vi, __, ella también estaba aquí, ella debió verlas y…

Abuela Alma: suficiente- cayó a Mirabel para luego cambiar el tema y subir de nuevo a la habitación de Antonio.

Me dirigí a mi habitación y me recosté mirando al techo, creía en Mirabel, pero yo no había visto nada, tal vez yo no podía ver las grietas, en eso Mirabel entró a la habitación.

Mirabel: ¿las viste?

Negué, la desilución se notaba en su rostro.

__: tal vez sólo tú puedes verlas, tal vez casita te estaba mostrando algo.

Mirabel: ¡si!, eso pudo haber sido, debo ir a revisar.

__: hey ten cuidado, yo vigilare que nadie venga.

Me levanté y la acompañé mientras subía hacia la vela y espere pacientemente hasta que volvió a bajar pero no mencionó mucho, y no hablo tanto como siempre lo hacía.

Mirabel: la vela está bien, vayamos a dormir.

Su voz era más baja de lo usual y apenas llegamos me dormí, pero pude escuchar entre sueños.

Mirabel: pero, ¿cómo se salva un milagro?- parecía que hablaba con casita, esta le respondía con movimientos- ah, averiguando que le está pasando al milagro, uy no tengo ni idea- lo pensó unos segundos- pero si hay una persona en esta familia que puede oír todo sobre lo que pasa aquí.

Luego de ello se acostó e intentó dormir, pero al parecer no pudo hacerlo, yo tampoco pude por estar pensando en el significado de lo que dijo.

La hija de Bruno Madrigal (Camilo Madrigal y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora