En la guerra y el amor

Viajar para prosperar

Los días habían pasado de manera diferente para Frisk, ella lo pasaba leyendo, cuidando de sus aves, haciendo jardinería y tratando de aprender repostería pero últimamente va a más fiestas que de costumbre, poco a poco la sociedad nuevamente la acepta y más por tan gran pretendiente...Esto último la hace ver más deseable para los hombres y ahora su salón personal esta lleno de adornos florales

-¡Esta es una de Erik el hijo de una familia cercana a la realeza!

-¡Esta es del hijo del duque Harris!

-Si, son bonitas pero sus mensajes...Son tan dulces como un macaron de durazno, por más que me guste son demasiado para mi...Ni siquiera me conocen

-¡Pero reconocen lo refinada que es señorita Determ! Además, ¿Sabe de florigrafía?

-Si, me gustan las flores y claramente el lenguaje también, por ejemplo las Azucenas de ese tal Erik significan "amor puro y delicado" aunque eso si son perfectas plantas aromáticas, y las peonias del hijo de duque simbolizan "sinceridad y sentimientos reales" todo esto es demasiado honestamente, ya que son significados tan bellos para una dama que no sabe quien es quien...Lamento ser grosera pero...Es demasiado...

Frisk sabe perfectamente lo difícil que es para los hombres decir sus sentimientos tan claramente, así que a pesar de que el lenguaje de las flores era sin duda bello...No sentía felicidad o agrado al recibir tales mensajes, tal vez era por no sentir algo hacía los jóvenes enamorados...Más bien interesados pues era como si estuvieran alagando a la fortuna de su familia

-Iré a ver a mis aves, me gustaría estar sola

-La entendemos, en ese caso la esperamos en el jardín mientras está en el aviario

-Gracias por su comprensión

Una vez Frisk deja la mansión para ir a su aviario un mensajero llega a darle una carta, ella la recibe y entonces la abre en el columpio de su reconfortante sitio favorito

-Es del príncipe..."No dejo de pensar en usted señorita Determ, cada aspecto de su encantadora personalidad me gusta tanto como los atardeceres del reino, espero verla pronto, aunque tal vez lo haga en mis sueños" v-vaya...Es...L-la primer carta de amor que alguien m-me da...Debería responder pero, lamentablemente sigo sin corresponder sus sentimientos...

-¿Tan fría es usted mi princesa?

-¿¡S-su majestad!?

El pelirrojo príncipe sonríe con ternura y entra al aviario de su amada, el toma asiento a su lado y mira a las múltiples aves mensajeras que la jóven poseía

-Son bellas ¿no?

-Bastante

-Puede...¿Llamarme por mi nombre?

-¿Qué?

-Es una orden del príncipe jaja

-Está bien...James...

-Es increíble escuchar mi nombre salir de su bella voz...

-Fue una orden del príncipe...

-¿Y si le ordenará casarse conmigo?

-Eso...Me asustaría su majestad, normalmente la realeza ordena lo mejor para su pueblo y nada que tenga que ver con sus bienes personales

-Je tiene mucha razón, aunque no me gustaría que...Se sintiera amenazada ante mi presencia...Quiero que se sienta tranquila y...Querida

-Soy consciente de que me estima su majestad, no debería sentirme así

-Oh...Me alegra escuchar eso princesa...Nuevamente de tus suaves labios...Me pregunto a que saben