Un día agridulce

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A la mañana siguiente Asriel había despertado muy temprano junto a Sans y Chara para así entrenar un rato con ellos, vaya que le costó trabajo despertar a su amigo esqueleto, casi lo lleva cargado en su espalda al este no querer salir tan temprano y evidentemente menos con Chara

-Antes que nada vamos a desayunar algo ligero, tengan una manzana

-Gracias hermano, espero con ansias empezar ya el entrenamiento

-Eso me alegra, ¿Y tú Sans?

-Eh...¿Cuál era la pregunta?

-Oh Sans te veo fatal esta mañana, parece que no pudiste dormir de nuevo, si gustas puedes queda-

-No no, debo cumplir con lo que ya tenías planeado, vamonos de una vez no tengo hambre

El esqueleto se adelanta llendo de inmediato a a la entrada principal, después de algunos bostezos enfoca su mirada al lugar...¡El jardín era una maravilla! Todo el desastre había desaparecido para ahora tener una vista más agradable que antes, hasta se habían plantado árboles nuevos y las flores que parecían muertas tenían pequeños palos con listones a manera de muleta para así estas puedan recuperarse

La flor de Asriel estaba bien protegida, pues ahora tenía una reja pequeña, lo suficiente para dejar ver la magestuosa flor blanca con pequeñas manchas doradas

-¿Qué pasó aquí? Esto parece magia

Mientras contemplaba las mejoras del lugar pudo ver debajo de un árbol a la humana dormida, ella estaba sucia de la cara con algo de pintura y su vestido un tanto manchado, el detalle más peculiar era que entre sus manos había una canasta de moras azules y...Su cabello casi totalmente suelto, este último detalle hizo que el esqueleto se volteara ante la pena que le causaba esto

Pues es algo que una mujer nunca debe hacer al verse esto provocativo y sensual para los hombres, por eso tenían que llevar complejos peinados o al menos semi recojido sus bellas cabelleras

-E-ejem me temo que no es un lugar para que una dama haya pasado la noche

Poco a poco Frisk se empezaba a mover cuidando que la canasta no se cayera, al abrir los ojos pudo ver que Sans se encontraba algo apenado, tal vez era por su indecente posición en estos momentos, sin embargo al estar más despierta pudo sentir su cabello semi suelto, rápidamente lo ata con su listón y se levanta para hacer una reverencia al principe, la pena se puede ver reflejada en sus mejillas ¿Porqué pasa esto tan vergonzoso?

-Lamento el estado en el que me encontró su majestad, no era mi intención

-¿Usted sola hizo esta maravilla?

-S-si su majestad...Desde el atardecer empecé sin parar

-Eso me sorprende honestamente, creame, he visto de todo menos algo tan peculiar como esto, sembró semillas, limpió, colocó el resto de las flores y árboles nuevos, hizo limpieza general e incluso salvó las plantas que creía perdidas, sin olvidar el detalle de la pequeña reja

-Solamente aprendí de mis errores y me esforcé el doble, además no podía dejar todo tan sucio cuando los reyes cuidan con tanto cariño este bello jardín

-¿Cómo lo logró? Yo me hubiera rendido al pasar unas horas

-Digamos que, es algo que siempre he hecho de niña, no me gusta rendirme y me aferro a mis metas, creo que se le llama determinación si no me equivoco, eso siempre me impide dar marcha atrás...

-Determinación...Es un sentimiento y poder al mismo tiempo en los humanos, nosotros no podemos tenerlo

-¿Porqué no? Todo aquel que luche y sea aferrado puede tenerla, hablando en el ámbito del sentimiento...Creo que, los monstruos también lo son, así como son muy amables

En la guerra y el amor Where stories live. Discover now