una mala madre

787 79 15
                                    

La pequeña Hermione dormía abrazada a su peluche Harry la veía con impotencia la niña se había pasado por la noche hasta quedar pegada al barandal hecha una pequeña bolita a los pies de la cama a simple vista parecía que no había nadie en ella pero se notaba si te acercabas que estaba escondida como si quisiera pasar desapercibida Harry ya había visto a su amiga dormir de esa forma siempre pensó que era una mala costumbre pero ahora se daba cuenta de muchas cosas de repente todo se volvió oscuro y Harry se desmayo.

Hermione abrió los ojos lenta y dolorosamente por la lágrimas derramadas el día anterior. Miró a su alrededor y vio a Duque, su perro, en realidad su mejor amigo, durmiendo a su lado como siempre, apoyándola hasta el último día de su vida, como había sido desde que llegó siendo un cachorrito en las manos de su abuela para su cumpleaños, Hermione, siempre había contado con él. La pequeña niña giró la cabeza hacia el otro lado, buscando ese "algo" que la había hecho sentir segura y tranquila anoche. Por primera vez, alguien la abrazaba mientras lloraba, haciendo que su dolor no fuera tan pesado como lo había sentido siempre. Pero, no vio nada, no sintió nada. Cerró los ojos triste. Todo había sido su imaginación. Tal vez, las ganas de sentir a alguien a su lado, de sentirse acompañada, acogida ...

Volvió abrir los ojos, otra vez estaba sola, sin nadie más que su perro fiel.

Sola una vez más.

                       °'°'°'°'°'°'°'°'°'°

Harry a lo lejos, sintió el sonido de algo parecido a una gotera. Fruncio el ceño, le dolía demasiado la cabeza, al parecer esta vez se había pegado con mas fuerza. Abrió los ojos de a poco uno primero con pesadumbre, luego el otro. ¡Que desagradable sonido!. Bufo molesto y se levantó desganado, tambaleándose un poco al principio, se sentía mareado y con un sabor extraño en la boca.

Camino un par de pasos y de un momento a otro pudo notar que esa oscuridad abrumante se convertía en un pasillo de Hogwarts.

—He... he, regresado —Murmuró dudoso.

Siguió caminando confundido, pero con un poco ansioso de que ya todo hubiese pasado por fin.

De repente la figura de una chica de bonita y delicada figura, cabello liso que le sonreía. Le era tan familiar, era tan parecida a... ¡Hermione!

—¡Hola, Harry —Saludó la chica con una felicidad irreconocible.

—¿Hermione?, ¿Ya no estas enojada? —Preguntó Harry asustado por la reacción que lograría tener la chica.

—¿Enojada?... ¿Contigo?... Claro que no Harry, nunca me podría enojar contigo.

—En serio —El chico, alzó una ceja confundido. Miró a la chica otra vez, se veía demasiado distinta —¿Que fue lo que te hiciste?

—Ah, pues, nada... Harry, estoy igual que siempre —La irreconocible Hermione se acercó al moreno y de un momento a otro, se colgó de su cuello contenta.

Harry ya comenzaba a asustarse de verdad. Conocía a Hermione... o eso era lo que el creía. Pero lo que si tenia muy claro, era que después... Después de lo que había pasado en la sala común, no se echaría a los brazos de Harry así como así.

—Mmm, Harry, hueles muy bien ¿Tu perfume es nuevo?

Harry quitó los brazos de la chica de su cuello y la miró extrañado.

Ella no era Hermione, definitivamente no. Ni tampoco estaba en Hogwarts. Algo raro estaba pasando.

—¿Qué pasa Harry? Estas muy raro... —La chica se alejó se su amigo murmurando extrañada —¿Estás seguro que estas bien?

¿crees que me conoces?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora