la primera ventana al pasado

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Harry abrió los ojos recibiendo de golpe los rayos del sol que se colaban por una cortina. ¿Todo fue un sueño?... Esa extraña mujer y todo lo que le había dicho...Los recuerdos de Hermione... ¿Todo fue un sueño?

Se inclino adolorido y se dio cuenta que había dormido en el suelo. Miró a su alrededor y se sorprendió al darse cuenta que no estaba en la sala común de Gryffindor, ni tampoco la enfermería; esa habitación no se parecía a ninguna de las estancias de Hogwarts.

Algo se movió a su lado. Un perro negro, más grande de lo normal, con orejas puntiagudas se puso de pie, estirándose y bostezando. Harry abrió los ojos sorprendido: Si no estuviera seguro de que su padrino estaba muerto podría haber jurado que ese perro era Sirius.

Negó con la cabeza y se apresuro a ponerse de pie.

No había sido un sueño... no. Miró sus manos y se dio cuenta de que era transparente y de un color azulado, como se había visto antes de perder la conciencia.

Después de haber subido detrás de la supuesta madre de Hermione, entro a un departamento desarreglado, pequeño, lúgubre y feo... una casa muy diferente a la que había conocido hace un año, cuando fue a pasar, junto a Ron, las vacaciones a la casa de Hermione. Vio, también, que la pareja que vivía con la pequeña, no eran los padres que el conocía.

Todo esto era muy raro. Al parecer todo lo que conocía de Hermione no era cierto. Todo era una fantasía sobre la verdadera pesadilla de su amiga.

Unos pasos interrumpieron sus pensamientos. Se giró hacía donde se escuchaba y de un pasillo algo angosto que conectaba las habitaciones con la estancia donde estaba él, Vio salir a una niña que pudo identificar inmediatamente.

Era Hermione. Esa melena castaña, esos ojos castaños brillantes y esos pómulos altos, la delataban como única hermosa.

Se estaba alistando para salir. Llevaba su uniforme de colegio, y se colocaba una chaqueta para protegerse del frío. El perro que había visto antes, aquel que se parecía tanto a Hocicos, jugaba alrededor de la niña esperando sus mimos y que le diera una palmadita en el lomo.

-Ya me voy, mamá -Dijo mientras tomaba la manilla de la puerta de la salida.

-Llega temprano, niña y por favor cuidate -Le contesto una voz al fondo del pasillo.

Hermione se despidió del perro dándole un beso en la frente y antes de que saliera completamente y cerrara la puerta, Harry se apresuro a salir detrás de ella.

Bajo de prisa por las escaleras del edificio donde vivía Hermione y salieron para encontrase con un feo callejón.

Si, definitivamente, el lugar donde vivía ahora Hermione era muy distinto, demasiado distinto. El paisaje era gris, feo, lúgubre y muy peligroso para que una niña anduviese sola. Se pregunto en que año estarían, cuantos años tendría Hermione ahora, que hacia viviendo ahí. Maldición, tenia tantas dudas en su cabeza y tantas ganas de salir de ese lugar. Sin embargo, algo le impulsaba a quedarse ahí y tenia un extraño presentimiento que le indicaba que tendría que protegerla. Sentía que algo malo venía.

Un hombre vendía diarios en una esquina donde se detuvo Hermione antes de cruzar la calle. Harry se acerco a uno de los diarios que vendía el hombre y pudo ver la fecha, se sintió tan feliz, ahora por lo menos sabia en que año estaba, veinte de febrero, Eso quería decir que Hermione tenia seis años. Suspiro algo más tranquilo, por lo menos ahora no estaba tan desorientado.

-"Veo que podrás con esto solo" -La voz de la extraña mujer de ayer resonó en su mente.

-¿No creía que fuera capaz?

¿crees que me conoces?Where stories live. Discover now