Tierra Amarga

IX

Yo no quería amarte, tú me enseñaste a odiarte
Todos los besos que me imaginé vuelven al lugar donde los vi crecer.
Pablo Alboran

Los años pasaron en Egipto y así como las plantas florecen por el río Nilo en sus meses más Fértiles, Josué creció para ser el mejor guerrero de todo Egipto, no hay heredero más nombrado dentro y fuera de Pi-Ramses que el príncipe, hijo de la segunda esposa del Faraón Ramses, ya sea por su carisma o por ser bueno con sus siervos y nobles como su padre junto a la reina Nefertari jamás podían serlo.

Quién lo viera diría que no es hijo de su Faraón ya que su personalidad era tan distinta a la de él o la de Amenothep generando que Ramses se planteará el cuanta razón tenían...

Por eso mismo Ramses despreciaba a Josué como en años nunca antes llegó a sentir molestia por alguien.

Él era el vivo retrato de ese desgraciado esclavo pero sobre todo era la prueba viviente de cuanto amaba Mebettawy a ese hombre que los torturaba en su matrimonio cada día más con su ausencia.

Generando que terminara por desahogar su rabia con su hijo pese a que se prometió no hacerlo ;
porque podrá ser engendro de esa alimañas posoñosa, pero sin duda él le dio las armas que los convirtieron en el heredero más famoso en su nombre, despertando odio por si mismo.

Ya que lo que más detestaba no era su apariencia que era igual a la de ese hombre, si no el orgullo con el cual lo llenaba cada ves que sus escribas hablaban de su desempeño o la habilidad que tenía en las campañas de guerra ; dandole a Egipto la satisfacción de tener a tan prestigioso príncipe entre sus filas.

Dentro de esas mismas virtudes que desprendía tenía el temor de que descubriera los orígenes de su sangre y defendiera a los esclavos igual que Moisés lo hizo en su juventud.

Ya que si se sustentaban de las habilidades de su hijo, esas alimañas fácilmente se librarian de ser esclavas de su pueblo con tan buen líder a mando.

Por eso entre buscarse un enemigo tan peligroso y contradecir sus sentimientos con ese bastardo ; decidío alejarlo de su vida y la de Mebettawy como castigo para ella, él muchacho constantemente tenía campañas en él extranjero y sus estudios los llevó a cabo en las fronteras de Egipto.

Y Mebettawy detestaba a Ramses por lo eso mismo pero él no soporta su presencia tanto tiempo ante él ya que ambos son una debilidad que trata de seguir evitando, tanto por el cariño que le tenía como su padre como por el recuerdo que significaba de ese hombre para Mebettawy y ella misma dentro de su vida.

Mi señor, la ruta de la Señora Maathonefura está prepararada y resguardada para su llegada, evitando los contratiempos que usted desea evitar para su llegada - le dijo Josué reverenciandolo.