Amor entre un pirata y una exesclava.

Vane

Por la mañana, el día era soleado y cálido. 

Me incorporo del sillón donde finalmente dormí. 

Sonrío al recordarla caer dormida mientras leía. 

Verla ahí sentada, en mitad de un profundo sueño. 

Decidí no despertarla y con cuidado la coloqué en la cama y yo me fue al sillón, no sin antes observarla un largo rato. 

Durante la batalla, por un momento, pensé que a lo mejor no volvería a verla.

Aquello me frustró. 

Al proclamarlos vencedores, no pude regresar de inmediato debido a las muchas tareas de después, como la restauración del puerto, la resolución de la cámara de mando, contabilizar la bajas, interrogar a los prisioneros, pagar a los aliados... 

Suspiro, luego me pongo mis botas. 

En eso, se oyen pasos ruidosos, rápidos y torpes bajar las escaleras. 

Alzo la mirada extrañado. 

Aparece Lina corriendo nerviosa y fatigada. 

Se paraliza al verme, está asustada, pero en cuanto me mira, puedo notar que el alivio inunda su cuerpo. 

Suspira. 

Está recién despertada, con el pelo revuelto y el vestido arrugado. 

Sonrío. 

Ella sigue recuperándose del ataque de nervios. 

- Dios mío... 

- ¿ocurre algo? - pregunto mientras termino de colocarme las botas. 

- yo... creí que dormirías en la cama 

- pues parece que alguien se me adelantó - respondo. La sonrío. 

Ella se sonroja y jadea. 

- qué ocurre - pregunto sin entender su comportamiento. 

- creí... - medita sus palabras - al despertarme en la cama... temí que todo haya sido un sueño - dice algo tímida. 

Me quedo mirándola serio. 

¿Temía que esto haya sido un sueño? 

¿mi regreso? 

¿tanto lo ansiaba? 

Ella me aparta la mirada avergonzada. 

- qué tonta - ríe nerviosa. 

Me levanto y voy hacia ella. 

Ella se queda quieta. 

Nos miramos. 

Estamos cerca el uno del otro y lo que más me gratifica es que no me mire con terror. 

No lo hace. 

Confía en mí y no solo eso, ansiaba mi regreso, tanto como lo hacía yo. 

- ¿te gustó el libro? - digo de repente sin quitarle ojo. 

Ella tarda en responder. 

Sonríe y asiente. 

Sonrío levemente. 

- esta noche seguiremos, ahora debo ir a comprar comida - digo. 

Me dirijo a la puerta. 

- ¿quieres... algo en especial? - pregunto algo torpe.