Vane

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Conseguir no fue tan fácil como esperábamos. 

Los barcos cargados de oro del nuevo mundo estaban custodiados por agentes buques de guerra españoles. 

Tuve que improvisar ya que enfrentarnos a un buque de guerra no entraba en mis planes y sería imposible hacer nada contra él. 

Sin embargo, en ese punto, el oro ya no me importaba tanto. 

Por la noche, nos acercamos en botes cuando la mayoría de la tripulación dormía e hicimos un ataque sorpresa conquistando el buque y el navío que cargaba el oro. 

Fue arriesgado y costoso, pero gracias a la valentía y confianza de mis hombres, logramos salir victoriosos. 

Cargamos el oro en el buque de guerra, no teníamos tripulación suficiente para manejar más de un barco a parte del buque por lo que tuvimos que abandonar el nuestro. 

Los hombres celebraban victoriosos y animados el triunfo. 

Yo les miraba sonrientes, alegre por ellos, pero deseoso de regresar cuanto antes, este cambio de planes nos ha retrasado al menos tres días de lo que pensado en regresar. 

- rumbo a casa camaradas 

- ¡sí señor! - gritaron todos al unísono y comenzaron la marcha. 

Observo que Clint me mira algo confuso. Le ignoro y me dirijo a mi nuevo despacho. Él me sigue. 

- ¿no quieres comprobar al menos si necesitamos repostar o algo?

- un buque de guerra que se dirigía a España, calculo que no lleva más de dos semanas desde que zarparon - le miro - yo creo que vamos sobrados para llegar a Tortuga. 

- qué afán por volver 

- ¿tiene algo de malo? 

- no, pero sí me extraña 

Sus suposiciones empiezan a molestar. 

- si tienes algo que decir, sé un hombre y dímelo a la cara

Él se encoge de hombros. 

- está bien - dice relajado - ¿tienes a alguien escondido en tu casa?

Se me forma un nudo en la garganta. Le miro forzando normalidad, aunque en mi interior me siento crispado. 

- qué quieres decir 

- apenas apareces cuando estamos en tierra, te escondes en esa casa destartalada o Dios sabe dónde, alargas los periodos de estar en tierra, ansías regresar... no sé 

Le miro serio, molesto y algo amenazante. 

Él suspira. 

- tu silencio me dice más de lo que crees 

- no me jodas Clint... - empiezo a decir entre dientes molesto.

- pero no quiero generar una pelea entre nosotros y menos aún en un momento alegre como el que estamos viviendo ahora. Puede o no, que tengas otras ocupaciones, pero me alegra que eso no haya afectado a lo gran capitán que eres - dice sincero y mirándome a los ojos. - espero eso siga así  - tras esto, me aguanta la mirada unos segundos y se va. 

Me quedo pensando en lo que ha dicho. 

Conozco a Clint y sus palabras con doble sentido. 

Su intención no era halagarme, sino dejarme claro que sería un problema el día en el que mis asuntos personales puedan afectarme a mi forma de capitanear. 

Eso no ocurrirá. 

No lo permitiré. 

Pero sin embargo, no me autoconvenzo del todo. 

Amor entre un pirata y una exesclava.Where stories live. Discover now