inalcanzable

Unas simples palabras

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Cuando estuvo libre, Claudia desató su furia contra lo primero que encontró. Vio su reflejo en un charco de agua, y supo que la mirada de Callum aún podía hacerla sentir muchas cosas. Aún lograba que ella actuará como una adolescente tonta y enamorada, la confundía.

Sus reflejo la hizo sentir mal, asqueada de ella misma. Recordó aquella vez donde ambos compartieron algo, cuando estuvieron tan cerca.

Y ella era su amiga.

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A Claudia solo le quedaban unos minutos antes de que tuviera que encontrarse con Callum en el Nexo de la Luna. Ella estaba de pie frente al espejo, jugueteando con su largo cabello oscuro. No podía decidir si quería dejarlo suelto o recogido. ¿La diadema de lirio blanco lucía ridícula o encantadora? Salir con alguien era tan estresante.

— Oye, ¿estás haciendo algo diferente con tu cabello? ¿Una especie de... moño trenzado con flores? —preguntó Soren, curioso e intrigado

— Sí, es lindo, ¿y qué? —trataba de ignorar los ojos entrecerrados de Soren y decidió de una vez por todas que llevaría el cabello recogido y adornado con las flores, luego salió rápidamente por la puerta y se apresuró hacia el Nexo de la Luna.

No quería dejar a Callum esperando.

Claudia se armó de valor.

Esa era una cita, claro, pero también planeaba contarle a Callum acerca del Rey Harrow. Herirlo sería insoportable y difícil, pero tenía que demostrarle que era una verdadera amiga. Con algo de nervios enrollaba su cabello con ansiedad, creando la escena en su mente.
  
— Hola Claudia — dijo Callum, sonriendo, su cabello estaba peinado hacia atrás y olía a limpio. Esta cita realmente iba a suceder.

—Hola —responde Claudia en voz baja. La cara de Callum decayó un poco y Claudia se dio cuenta de que había sonado demasiado seria, tal vez incluso desagradable así que sonrió.

—La luna está tan brillante esta noche. Puedes ver nuestras sombras, — aquello dicho por Callum fue adorable, lo vio señalando al suelo y Claudia lo siguió con la mirada. Sus manos en la sombra parecían casi tocarse.

Callum movió un poco su mano para que sus sombras se tomarán de las manos, y eso hizo que Claudia contuviera el aliento. ¿Lo estaba haciendo intencionalmente?
  
—Oye. ¿La sombra de tu mano acaba de tomar la sombra de mi mano? —aquella respuesta era obvia, pero era agradable hacerla y ver su reacción

— ¿Lo hizo? —un Callum entre nervios y poquito travieso respondió con una pequeña sonrisa
  
Claudia se rió y tomó la mano real de Callum.

–Vamos. ¡Llévame a ver el Nexo!

–Ya casi llegamos –dijo Callum–. Por aquí guió a Claudia por el sendero hasta un pequeño mirador de piedra.

—Guau. Es como la luna, pero más... aquí —señaló la hechicera.
  
Árboles verdes luminosos rodeaban todo el lago, encerrándolo de manera protectora. Las estrellas centelleaban en el agua y el reflejo de la media luna se extendía como una sedosa sábana blanca a través del lago. Era muy romántico.

—Entonces, Claudia… —comenzó Callum pero sin terminar su oración

—¿Sí? —ella preguntó.

—Te conozco desde hace mucho tiempo —fue un comentario cursi, pero Claudia sabía cómo se sentía.

—Sí, yo también — había un claro tono divertido en aquella respuesta
  
—Claro, te conoces desde toda tu vida –¿Que había sido eso? Callum a veces no se daba cuenta de lo que decía, y la risa de Claudia le daba la razón

—JAJAJA —a veces Callum decía las cosas más ridículas. Ella lo quería por eso. Pero Claudia se dio cuenta de que él se sentía un poco avergonzado, así que le dio un pellizco juguetón en el brazo—. Callum, siempre me haces reír

—Tú también me haces reír —correspondió el joven príncipe con una sonrisa

— Y me haces pensar. Me haces ver el mundo de otra manera.

—Wow —dijo Callum—. Yo... de pronto no tengo más palabras.

—Está bien. Podemos solo... estar aquí. Sin palabras — aquella propuesta de Claudia era razonable, a lo que Callum asintió.

Claudia se sentó muy quieta hasta que vio a Callum cerrar los ojos. Ella hizo lo mismo. Lentamente, comenzó a inclinarse hacia él. La hechicera podía sentir el cálido aliento del príncipe en su rostro y respiró hondo. Quería besarlo como nunca antes había querido algo. En tanto el rostro de Callum se acercó un poco más. Pero por mucho que quisiera, Claudia no podía besarlo. Se sentía demasiado como una traición. Ella abruptamente se apartó.
  
— Espera, Callum. Necesito decirte algo...

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Quizás si ella no hubiera dicho nada en ese momento las cosas habrían sido diferentes.

Pero los hubiera no existían, y esa era su realidad.

Una dónde Callum la había traicionado.

Y había roto su corazón al elegir a esa elfo.