Álbum

944 56 36
                                    

Vanesa

La noche caía y yo ya estaba lista tras el escenario, escuchando como la gente gritaba mi nombre. Francis me miraba desde una esquina mientras yo miraba al suelo.

-¿Estás bien? - preguntó con su instinto de hermano.

No pude más y lloré en sus brazos.

-¿es por estar acá, verdad? - preguntó mientras se alejaba de mi para secar mis lágrimas.

Asentí, porque no quería hablar, porque aún estando en málaga, no me sentía como en casa, algo me faltaba, todos sabíamos quienes eran, pero a la vez me faltaba mi familia, la cual no había llegado.

-¿están enojados conmigo, verdad? - pregunté.

-no, vane. ¿Cómo crees eso? - preguntó Francis mientras me daba una botella de agua.

-mis padres no han venido, por eso-.

-vane, tu sabes como son, solo no aceptan que estés con Emma o bueno, mi padre me ha dicho que te manda muchos besos y que te ama. Pero bueno... Sabes que todo va a ir bien con o sin ellos porque eres maravillosa -.

Sonreí, porque era lo único que podía hacer luego de aceptar que estas serían las ultimas lágrimas que derramaría por ellos. Le dí un último abrazo a Francis y me levanté para que arreglaran el desastre que había quedado en mis ojos.
Cuando estaba nuevamente lista tomé mi móvil para revisar mis mensajes, tenía muchos de malú diciéndome que estaba por málaga, de mis amigos, pero ninguno de Emma lo cual era extraño ya que ella sabía la hora de mi concierto, cuando estuve a punto de escribile algo llegó Ana para llevarme al escenario.

Caminé en silencio hasta la fina tela que me separaba del escenario, escuchaba los gritos de la gente mientras sonaban los primeros acordes. Miré al cielo y lancé un beso para luego a pasos firmes seguir mi camino hasta el escenario.

Emma

Dudé en abrir o no el álbum que tenía en mis manos, no debía invadir así su privacidad, definitivamente no. Pero sin darme cuenta la primera página ya me mostraba dos fotografías.
Vane de pequeña, sola, en la playa.
Comencé a pasar las páginas y esta vez salía ella un poco más grande con Francis, podía distinguirlo porque seguía igual, no había cambiado nada. Sonreí al verlos a ambos, se veían iguales. Me senté en su cama para ver las fotos más detalladamente, entre las sábanas había una libreta y a un lado de esta un lápiz, deduje que sería la libreta donde escribe sus canciones y la alejé de mi, para así dejarle al menos un poco de privacidad.

Volví a mirar las fotos, habían bastantes y todas revueltas, no llevaban un orden cronológico, habían de cuando era pequeña, luego de su primer disco y así. Habían muchas fotos con malú, la forma en la que se seguían mirando el día de hoy era la misma de la foto que tenia en mis manos, volví a dejar la foto en su lugar para continuar.
Al final del álbum había una página en blanco, pero dentro habían muchas fotos, cuando las saqué me di cuenta que no debía estar allí, que definitivamente no tenía que entrar porque encontré lo que no buscaba, ni esperaba.

Tres niños pequeños; Vanesa, Francis... El otro no sabía quién era, pero aún así se parecía demasiado a ambos, era mucho más pequeño, pero tenía el mismo brillo en los ojos que Vanesa y Francis. Pasé las imágenes y aquel niño pequeño se veía cada vez más grande, hasta que supe quien era y un escalofrío recorrió mi cuerpo junto con las ganas de salir corriendo de allí.

Antonio... El hombre que en algún momento robó mi corazón hasta el punto de dejarme en la ruina. El chico que dejó mil marcas en mi mente y en mi cuerpo.

Intente pensar que no podía ser el, pero el parecido era demasiado, mientras dejaba todas las fotos en la cama a la vista, comencé a detallarlas todas. Nuevamente el miedo recorrió mi cuerpo, la sensación de que alguien me veía y sobre todo... No... No podía ser.
La historia que Vanesa ne había contado llegó a mi cabeza, todo cuadraba.

ESTA VEZ SÍ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora