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Durante el siguiente mes, todo había sido un gran infierno, a menudo ya no pasaba el tiempo con Hermione pues ella debía estudiar para sus T.I.M.O.S.

De vez en cuando le acompañaba a la biblioteca si es que Umbridge no se daba cuenta pues prácticamente nos quería a Harry y a mí, aislados de todos.

Habíamos visto como humillaba a los profesores, el más gracioso fue con Snape, Ronald y yo recibimos un golpe en la nuca por reírnos.

De esto me había enterado pues Ron me contó que se rió acerca de la clase en la que Umbridge cuestionó algo y se burló del profesor, sin embargo a ambos nos habían golpeado en distintos días.

Y yo por supuesto que aproveche todas las clases en las que me tocaba a mí humillar a Umbridge.

También han despedido a la profesora de adivinación, ese mismo día, Harry y yo intentamos hablarle pero nos evito y cuando llegamos a dónde se debía encontrar, ya no estaba.

Harry seguía teniendo gusto por Cho y está parecía también tomarle gusto, pero sabía bien que en realidad ella solo veía a mi hermano como la persona que le haría olvidar a Cedric, pero no tenía ningún sentimiento por Harry.

Mentiría si digo que no me siento mal, de vez en cuando me alejo por completo d ellos demás al saber que podría ofenderles al no encontrarme de buen humor.

Ellos solían quejarse por el hecho de que no aprendían nada, con toda la razón pues solo estaban aprendiendo....nada, y este año tendrían sus T.I.M.O.S.

— Es una horrible gárgola, no aprendemos a defendernos, y no aprendemos a pasar los T.I.M.O.S.– y esa era Hermione enfadada con Umbridge, estaba sentada en el suelo, con la espalda recargado en el sillón, era ciertamente molesto.

Y no porque no tuviera la razón, en verdad la tiene y mucha, pero después de semanas le podía ver y lo que hacía era quejarse cuando podría contarme otro tipo de cosas.

— Se está apoderando de todo el colegio. – dijo para Harry subirle a la charla de el ministro, hablando de Sirius, rode los ojos abrazando mis piernas hasta que note algo raro en la chimenea.

— ¡Harry! – los tres chicos se giraron para inclinarse a hablar con él, yo decidí quedarme ahí escuchando más estupideces que decía el ministro.

— Sirius, ¿Qué haces aquí?

— Respondo a tu carta, dijiste que te preocupaba Umbridge. ¿Qué está haciendo? ¿Enseñándoles a matar mestizo.

— Pues si no es Walburga Black. – dije riendo mientras recargaba mi cabeza en el asiento, si, investigue a los Black.

— No nos deja usar nada de magia.– se quejo mi hermano.

— No me sorprende, el último informe dice que Fudge no quiere que sepan combatir.

— ¿Combatir? ¿Qué piensan que estamos formando un ejercito de magos? – solté una risa amarga, no sería mala idea.

— Ey. – afirme — Deberíamos hacer uno y matar a Umbridge. – los tres se giraron a mirarme mal, me encogí de hombros y cerré los ojos.

— Eso es exactamente lo que creen, que Dumbledore está armando sus fuerzas para atacar al ministerio, se está volviendo más paranoico. Los otros no quieren que te diga esto Harry pero las cosas no van del todo bien en la Orden,  Fudge bloquea la verdad siempre que puede y esas desapariciones, así comenzó la última vez. Voldemort está avanzando.

—¿Y que podemos hacer?– pregunto Harry más pendiente a lo que su padrino le dijera.

— Alguien viene, lamento no poder ayudarlos más, al menos por ahora, parece que están solos.– el hombre busco a la chica que había hecho el chiste pero cuando le vio, en verdad se preguntaba si era la misma que conoció en 1994. La encontró sentada en el suelo, con la cabeza recargada en el asiento y los ojos cerrados.

Inefable [Hermione Granger] CorrigiendoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora